El hombre más buscado [4]

Portada de El hombre más buscado, de John le CarréNOVELA

A Most Wanted Man
(Reino Unido, 2008, 340 páginas)
John le Carré 
Con «El hombre más buscado», de John le Carré, me ha pasado algo que nunca me había pasado: leerme una novela pensando que no me la había leído, y al acabar descubrir que ya lo había hecho (lo descubrí al ir a archivarla en mi cuenta de LibraryThing, y ver que me la había leído hacía cinco años, no porque recordara algo de la trama). Y es que esta novela es confusa y aburrida, y te deja muy poca huella.
   Tommy Brue es un banquero senescente que vive en Hamburgo y que tiene una espina clavada: las cuentas Lipizzaner, una invención de su padre para blanquear dinero de la URSS. A Brue acude una joven abogada, Annabel, que pide el dinero de una Lipizzaner para uno de sus clientes, Issa Karpov, un checheno musulmán que acaba de entrar en el país de forma ilegal. Brue, que se siente atraído por la joven, decide colaborar, sin saber que varias agencias de varios países están paranoicas con la comunidad musulmana de Hamburgo, y que Karpov está en su punto de mira como posible terrorista.
   Hasta la mitad, la novela aguanta, aunque he de reconocer que seguía la trama, y conocía bien a los personajes, porque acababa de ver la película de Anton Corbijn (que por cierto, es infinitamente mejor). Es interesante cómo el misterioso Issa llega a Hamburgo, y Annabel y Tommy Brue se implican en el caso por distintos motivos: la primera porque quiere ayudar a los inmigrantes más desfavorecidos, porque quiere compensar un caso que perdió en el pasado y que aún la atormenta, y porque quiere separase de su familia rica; el segundo porque se ha enamorado de Annabel, y es una manera de volver a sentirse joven cuando su mundo se está desmoronando.
   Pero incluso en esa parte, todo lo del espía Günter Bachman y sus colegas es confusísimo. Lo único que sacas en claro es que parece que Issa Karpov es inocente, pero no sabes por qué es tan buscado.
   La segunda mitad de esta novela es un caos. Le Carré se centra más en los espías y las agencias, y te llena la narración de personajes que te cuesta recordar e identificar, e ignoras qué pintan en todo eso. El Dr. Faissal Abdullah debería estar presentado muchísimo antes, y quedar claro que él y Karpov solo se podrían salvar si caían en manos de Bachman. Issa Karpov no acaba de importarte (sigue siendo un pajarillo muy débil… y poco más), y queda apuntado que Annabel tal vez se esté enamorando de él; yo creo que debería estar muy claro que se había enamorado, para que no quisieras que se lo llevaran.
   Y el clímax es muy anticlimático: le Carré quiere ir subiendo la tensión dándote pistas de que a Bachman le están quitando el caso de las manos, pero como los personajes te dan lo mismo, no hay tensión que suba, y todo resulta muy previsible en vez de angustioso.
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