The Imaginarium of Doctor Parnassus
(Reino Unido, Canadá, Francia, 2009, 122 min)
Dirección:
Terry Gilliam
Guión:
Terry Gilliam
Charles McKeown
Intérpretes:
Christopher Plummer
Heath Ledger
Verne Troyer
Lily Cole
Andrew Garfield
Tom Waits
Johnny Depp
Jude Law
Colin Farrell
Maggie Steed
Cuando Heath Ledger murió a mitad de rodaje, parecía que “El imaginario del Doctor Parnassus” iba a correr la misma suerte que “The Man Who Killed Don Quixote”, ese desastroso proyecto de Gilliam que en 2000 tuvo que cancelarse tras años de preproducción y sólo una semana de rodaje. Sin embargo, se les ocurrió que otros actores se transformaran en el personaje de Ledger para los planos que faltaban y tres estrellas fueron al rescate del proyecto: Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell. Tras superar más avatares (como la muerte del productor, el atropello del director o las dificultades para encontrar distribuidor), ahora la película se ha estrenado y uno se da cuenta que de haberse cancelado, la historia del cine no habría perdido una obra maestra, pero si un film muy interesante que muestra lo mejor y lo peor de su director: su mediocridad como narrador y el desbordante talento visual que tiene.
Me cuesta hacer un resumen de la película, ya que tiene tantos elementos mal contados que a veces es difícil de seguir. Christopher Plummer es el Doctor Parnassus, un actor ambulante que junto a su hija, un enano, y un joven, se dedica a recorrer Londres en un carromato de feria. El punto fuerte de su espectáculo es un espejo mágico que transporta a la gente que lo atraviesa a la mente del Doctor. Un día, al pasar por un puente, rescatan a Tony, un personaje muy misterioso al que habían ahorcado. Y entre medias, el Diablo se apuesta con el doctor Parnassus el alma de su hija.
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Maggie Steed y Johnny Depp |
Si alguien que no haya visto la película es capaz de comprender el párrafo anterior, se dará cuenta de que el personaje de Tony (Heath Ledger) no pinta nada. De hecho, si se quitara y Gilliam sólo se centrara en la apuesta entre el Diablo con el Doctor Parnassus, la película estaría mejor. Tony, que según Gilliam es un trasunto de Tony Blair -aunque las referencias están tan veladas que es imposible llegar a esa conclusión-, es tan misterioso que nunca se llega a saber quién es exactamente, no importa qué le pueda pasar y hace que el final de la película sea muy precipitado.
La relación del Diablo con el Doctor Parnassus y su hija es mejor, aunque está poco aprovechada. No hay tensión, y consiguen las almas de la apuesta muy fácilmente. Y si al menos el alma de Tony hubiera sido la quinta, la que decantara la balanza, el final hubiera sido mucho mejor.
Entre todo el batiburrillo quedan un montón de cabo sueltos. Nunca se sabe de dónde ha salido el chico que viaja con el Doctor Parnassus; o cuándo éste recuperó la inmortalidad, o por qué acabó en Londres, o qué pasa con la chica morena a la que rescata el diablo…
Afortunadamente el film gana enteros en cuanto la gente atraviesa el espejo o hay flashbacks: el universo del Doctor Parnassus es tan imaginativo que compensa los fallos narrativos o los (a veces) muy obvios efectos digitales. En la otra dimensión, Gilliam es una fuente inagotable de geniales ideas visuales, y logra escenas deslumbrantes y muy divertidas. Mi sensación mientras veía la película era “no me entero muy bien de qué va esto, pero ¡qué bien me lo estoy pasando! Y por Dios, que no vuelvan al mundo real”.
Me gustan las películas que parecen simular cuentos, como ésta, por lo que me gustó mucho. Tienes razón de que no tiene mucho sentido, pero sin embargo resulta muy entretenida. Heath era un buen actor y es una lástima su pérdida.
Sí, a Terry Gilliam le suelen quedar bien las películas. Es un poco un Tim Burton pasado de rosca.