Entrevista a Laura Tárraga
Aunque la editorial Nocturna acaba de publicar su novela El Imperio del Sueño, no es ni mucho menos su primera obra, ya que Laura Tárraga lleva escribiendo desde niña. Tárraga nació en 1994 y en la actualidad estudia Turismo en la Universidad de Alicante.
El Imperio del Sueño es una novela futurista juvenil desarrollada en el principado de Zephanis, donde la gente no puede soñar y los sueños, que se venden en cápsulas, son una mercancía muy preciada. Allí viven Shoana, una ladrona y traficante de sueños que oculta un pasado que la avergüenza, y Leiza, una soñadora estrella que lo tiene todo, y que ha dejado de soñar cuando faltan pocos días para el acontecimiento más importante de los soñadores: la competición El Imperio del Sueño. Sus vidas se cruzarán, y sacarán a la luz un terrible secreto.
En esta entrevista hablamos sobre creatividad, la importancia de la rutina para escribir novelas, el desarrollo de los temas, cómo conseguir que te contrate una editorial o las diferencias entre la autopublicación y la publicación tradicional.
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¿Cómo tuviste la idea para El Imperio del Sueño?
Todas mis novelas nacen de una pequeña idea y en este caso fue algo tan simple como estar agobiada por el calor del verano que no me dejaba dormir. En ese momento pensé que me encantaría robarle un sueño a alguien y dormir plácidamente toda la noche.
¿Cuál es tu método de trabajo? Rutina, escaleta o no escaleta, palabras al día o tiempo escribiendo, lugares y horas fetiches…
Mi mejor método de trabajo es la de seguir una rutina. Yo si quiero escribir tengo que hacerlo todos los días, porque si dejo demasiado espacio de tiempo entre novela y novela, es posible que luego pierda ritmo y ganas de seguir haciéndolo. Es verdad que a veces por cuestiones de estudios he tenido que dejarlo de lado para centrarme en los exámenes, pero luego siempre me cuesta horrores volver a escribir. Por rutina puede ser simplemente levantarme y ponerme delante del ordenador y escribir dos frases. Cualquier cosa suma y es más el gesto de sentarme a escribir que escribir en sí, porque poco a poco conseguiré sumar palabras a la novela. Y, en cuanto a un mínimo de palabras, me suelo poner unas 600, aunque depende de lo que ande escribiendo o el tiempo libre que tenga. Y siempre tengo que empezar a escribir por la mañana, por la tarde me veo incapaz de hacerlo (aunque he tenido mis días de suerte que he podido concentrarme por las tardes, no suele ser lo normal).
¿Cuánto tiempo te llevó escribir El Imperio del Sueño?
Pues empecé en septiembre de 2016 y lo acabé en enero de 2017, unos cuatro meses.
¿Cómo desarrollaste la creación de mundo de la novela?
Yo funciono muy bien con las lluvias de ideas, así que no lo recuerdo a la perfección, pero supongo que a raíz de ir haciendo lluvias iban saliendo detalles y cosas que harían mejor el mundo. Además, ser brújula también ayuda, porque se me van ocurriendo cosas mientras voy escribiendo.
Gente que desconoce la literatura juvenil asume que es un género intrascendente, y sin embargo tú en El Imperio del Sueño tratas de temas tan serios como los malos tratos o la violación; haces una crítica a los medios de comunicación y hablas de recuperar la autoestima tras sufrir una relación tóxica o un acontecimiento traumático. ¿Cómo se colaron todos esos temas en la historia, los tenías previstos de antemano o fueron surgiendo?
Al ser escritora brújula, estas cosas siempre me van surgiendo, y en esta ocasión eran parte de los personajes. Y creo que en esa época estaba pasando por una mala racha y fue una manera de desahogo muy buena. En un principio no estaba planeado, fueron Leiza y Shoana las que lo hicieron posible.
¿Cómo fue tu camino hasta lograr vender una novela a Nocturna?
Pues fue como el de todo el mundo que quiere hacerse un hueco: ¡enviando correos! Y prepararme una carta de presentación concisa y con todos los datos necesarios. Creo que venderse bien en una carta de presentación puede ser muy importante, porque un editor mirará antes eso que el propio manuscrito.
Antes de El Imperio del Sueño autopublicaste la bilogía Infortunium. ¿Qué ventajas y desventajas le ves a trabajar con editorial y a ir por libre?
Las ventajas de estar con una editorial es que lo tienes todo hecho y que tú no tienes que pagar absolutamente nada. Además de que estás rodeada de profesionales, que saben trabajar, moverse, y tienen muchísima experiencia.
La desventaja para mí es que me gusta mucho tener el control de las cosas y es algo que tuve que aprender a manejar.
La ventaja de autopublicar es precisamente lo mismo que he dicho antes: tengo el mando de todo. Yo escojo cómo será la portada, la maquetación, la ilustradora, etc.
Y la desventaja obviamente, a parte de la gran cantidad de dinero que tienes que invertir, a lo mejor es que la gente no te toma mucho en serio, que es más difícil moverte en eventos, librerías, distribuidoras, etc. Además de que tienes que labrarte un hueco en el mundo editorial por tu cuenta.
¿Cómo aprendiste a escribir novelas?
Pues aprendí con el tiempo, porque parece muy cliché decir que llevo toda la vida escribiendo, pero es que es verdad. Empecé escribiendo cuentos a mi hermana y nunca he dejado de inventarme historias. Creo que la práctica es quien me ha enseñado a escribir novelas. Yo nunca he ido a clases ni cursos sobre ello, aunque en algún momento me gustaría probar para ver qué me pueden enseñar.
¿Cuántas novelas habías escrito antes de Infortunium?
Antes de Infortunium escribí cuatro. Ahora ya tengo un total de once escritas, de las cuales publicables son siete, así que no lo veo mal.
¿Qué autores crees que te han influido más como escritora?
Todos los escritores que leo me influyen de una manera u otra, porque esto es un constante aprendizaje. Leo a un nuevo autor y veo cosas en él de las que puedo beber y aprender, así que la respuesta sería todos. No puedo centrarme en uno solo.
¿Cuáles son tus siguientes proyectos?
Pues ahora acabo de terminar de escribir un middle-grade y estoy retomando un proyecto que dejé a medias precisamente para escribir esto. Pero por el momento no hay publicaciones a la vista.
¿Qué consejos darías a alguien que quisiera ser escritor? No vale “Déjalo, ahora que aún estás a tiempo”.
Que escriba porque le apetece contar una historia, porque se divierte haciéndolo y lo pasa bien con la escritura. Si se escribe una historia pensando en publicarla es mucho más probable que os frustréis por no conseguirlo a la primera (que es lo que suele ocurrir la mayoría de veces). Así que: disfrutar de la escritura, más allá de si se publicará o no.
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