Exodus: Dioses y reyes [5]

Poster original de Exodus: Dioses y reyes

Exodus: Gods and Kings
(EE.UU., Reino Unido, España, 2014, 150 min)
Dirección:
Ridley Scott
Guión:
Adam Cooper
Bill Collage
Jeffrey Caine
Steven Zaillian
Intérpretes:
Christian Bale
Joel Edgerton
María Valverde
John Turturro
Ben Kingsley
Aaron Paul
Ben Mendelsohn
Ewen Bremner
Indira Varma
Sigourney Weaver

Con Ridley Scott es una lotería. Haga lo que haga, sabes que sus películas visualmente estarán muy cuidadas, pero en cuanto a la historia, el director depende de si ha caído en sus manos un buen guión. «Exodus» es un buen ejemplo de lo mejor y lo peor de su cine: a pesar de tener momentos magníficos, no es una buena película por culpa de un guión mediocre.
   En el año 1300 a. C., el hijo adoptivo del faraón, Moisés (Christian Bale), descubre a través de un esclavo que es hebreo. Cuando su hermano Ramsés (Joel Edgerton) accede al trono, se sabe la verdad, y Moisés es desterrado. Pero años más tarde, siguiendo las órdenes de Dios, Moisés regresará a Egipto para liberar a su pueblo.
   «Exodus» tiene momentos tan buenos, y el empaque visual es tan espectacular, que esos elementos casi compensan el guión tan malo que tiene. Son impresionantes, elegantes y muy originales la batalla del principio, las plagas y el mar Rojo (Roland Emmerich debe de estar rabiando de envidia); y la recreación del antiguo Egipto, a la que Scott le saca muy buen partido, es maravillosa.
Christian Bale en Exodus: Dioses y reyes
Christian Bale

Pero los personajes no tienen ninguna entidad (lo mismo te da que sean Moisés y Ramsés, porque no está nada explotado que sean dos hermanos enfrentados, y no hay ninguna tensión por que Moisés pueda regresar a casa), la historia está mal contada y a veces es confusa, y cuando no es espectacular, la película es francamente aburrida (especialmente duros son los largüísimos minutos con María Valverde, cuando Moisés de hace pastor).

   Si no sabes un poquito de la vida de Moisés (yo la conozco por «El príncipe de Egipto», una película, por cierto, bastante mejor que ésta), el principio de «Exodus» es confusísimo. Aparte de lo difícil que es sacar el parentesco entre Moisés y Ramsés, y de enterarte de quién crió al primero, está muy mal contado que Moisés siente que hay algo de su vida que desconoce.
   Sin ese dato, es increíble que acceda a hablar con el esclavo (Ben Kingsley), y que de buenas a primera se crea la historia que le cuenta. Y del mismo modo, es increíble que defienda a su hermana frente a Ramsés sin saber la veracidad de la historia (lo descubre justo después de defenderla, cuando lógicamente esa información debería ir antes).
   En la parte central, lo que peor tiene es la representación de Dios. Tal vez en el papel quedaba bien, pero ver en pantalla a un niño malhumorado, con voz de niño pero reflexionando y presionando como un adulto, es ridículo. Y si no te crees eso, no te crees que Moisés arriesgue tanto, y que sus seguidores le sigan ciegamente, por lo que ha dicho… un mocoso cabreado (tampoco ayuda que uno de sus aliados le vea hablar con Dios, y vea que está solo, porque parece que está loco).
   Y esto es una incongruencia que de «La Biblia», pero no tiene ningún sentido que Dios, después de 400 años sin hacer nada y viendo cómo sufre el pueblo elegido, decida actuar en ese momento.
2 comentarios
  1. Anónimo
    Anónimo Dice:

    El problema de Scott es que se ha quedado en tierra de nadie. Su película no es ni confesional, ni histórica, ni de puro entretenimiento. Tiene anacronismos a manta: el lenguaje digno de un tratado de demografía actual ( índice de natalidad, problema de fondo económico); la recreación-desinformación histórica ( no se puede enterrar a Seti en el templo de Abu Simbel por la sencilla razón de que aún no estaba construido) desvirtúan su pretendido realismo en aras de una espectacularidad que lo desvirtua. Teológicamente hay un nulo estudio del texto en que se inspira: como muy bien trasluce su elección de un niño cruel y vengativo en el papel de Dios, Scott, o sus guionistas, se han quedado con la óptica de los niños que no va más allá de la superficie de las imágenes escritas empleadas por la Biblia sin ver lo que se quiso expresar con esas imágenes. Que es espectacular nadie lo duda, pero no se puede "nadar y guardar la ropa" a menos que te inspires en un texto sin connotaciones teológicas, históricas o filosóficas como, por ejemplo, "El señor de los anillos" curiosamente con más historia, teología y filosofía que este "Exodus…" tan descompensado.

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  2. admin
    admin Dice:

    Gracias por tu comentario. Lo de Ridley Scott se reduce a que al hombre la da igual la historia, con tal de que le queden unas imágenes bonitas.

    Claro que lo Dios como un niño, no sé dónde estaba mirando cuando grababa esas escenas…

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