Jimmy’s Hall [6]

Poster original de Jimmy's HallJimmy’s Hall

(Reino Unido, Irlanda, Francia, 2014, 109 min)
Dirección:
Ken Loach
Guión:
Paul Laverty
Intérpretes:
Barry Ward
Simone Kirby
Jim Norton
Andrew Scott
Brían F. O’Byrne
Aisling Franciosi
Aileen Henry
Ken Loach y Paul Laverty, su guionista habitual desde hace 18 años, vuelven a trabajar juntos para narrar la historia de Jimmy Gralton, un líder comunista irlandés que en los años 30 sufrió una gran injusticia por sus ideas políticas. Durante un tiempo, parecía que «Jimmy’s Hall» iba a ser el canto del cisne de Loach, quien anunció que se retiraba tras esta película, pero el director más tarde cambió de opinión y va a seguir dirigiendo, lo cual es una buena noticia.
   En 1932, tras diez años en Estados Unidos, Jimmy Gralton (Barry Ward) regresa a su Irlanda natal para ayudar a su anciana madre con la granja. El país tiene un nuevo Gobierno, y la tensión que provocó la Guerra Civil de 1922-1923 se está disipando. Jimmy, a petición de los jóvenes del pueblo, reabre un centro social para que la gente pueda bailar, boxear, y aprender varias disciplinas de forma gratuita. Pero el padre Sheridan (Jim Norton) no ve con buenos ojos que un comunista adquiera poder en la comunidad, y desde el púlpito demoniza el centro social de Jimmy.
Simone Kirby y Barry Ward en Jimmy's Hall
Simone Kirby y Barry Ward

«Jimmy’s Hall» empieza muy bien, pero se va desinflando a medida que avanza, sobre todo porque es un poco confusa, y porque todo el encanto que tiene la primera parte, se va diluyendo en la segunda mitad para centrarse más en conflictos políticos que no están bien desarrollados del todo.

   El comienzo de la película recuerda mucho a «El hombre tranquilo«, ya que como en el film de John Ford, un irlandés regresa a casa, a un pueblecito, tras haberse ganado la vida en Estados Unidos. Esos primeros minutos son encantadores, deteniéndose Loach a mostrar el ambiente del pueblo, donde además aparece apuntada una antigua historia de amor. Luego se reabre el centro social, y siguen unos cuanto minutos muy bonitos.
   Cuando empiezan los problemas, la película pierde fuelle. Por los carteles del principio, que contaban lo de la Guerra Civil, yo me perdía con quiénes eran los adversarios de Gralton, tanto en los flashbacks como en el presente, y pensaba que tenían que ver con pro-independencia y pro-británicos. Resulta que todo era mucho más sencillo, y a los que tenía enfrente eran a la Iglesia católica, representada por el padre Sheridan (y yo creo que el cura estaba más preocupado por perder influencia que por la expansión del comunismo), y a los terratenientes, quienes vivían con todo lujo mientras el pueblo pasaba hambre.
   Por eso, la ascensión de Gralton como líder, está un poco emborronada y resulta muy precipitada: de oponerse al cura, pasa a ayudar a la familia desahuciada que le pide el IRA (lo de la familia tendría más fuerza si viéramos en algún momento a la madre con sus hijos); y acaba con una manifestación en Belfast, de la que durante unos cuantos minutos no sabes muy bien qué pinta.
   Además, en la segunda parte, todos los personajes del pueblo se quedan en nada, y solo están para dar su opinión en reuniones (la reuniones, por cierto, siempre le quedan muy bien a Loach). Pero incluso esta parte, que es más floja, tiene un momento muy divertido con la madre de Jimmy, y dos escenas preciosas, una en el centro social y otra hacia el final, con su antigua novia.
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