Kitty a medianoche [4]

Portada de Kitty and the Midnight Hour
NOVELA
Kitty and the Midnight Hour
(EE.UU., 2005, 288 páginas)
Carry Vaughn
Carry Vaughn es una escritora estadounidense que escribe ciencia ficción y fantasía. Tras graduarse en un programa intensivo especializado en la escritura de esos géneros en 1998 (“Odyssey Writing Workshop”, un taller en el que tuvo de profesor a Harlan Ellison), y escribir varios cuentos para revistas y antologías, Vaughn debutó en la novela en 2005 con “Kitty and the Midnight Hour”. El libro fue un éxito y ha dado lugar a una serie con Kitty Norville de protagonista. Este año está prevista la publicación de la novena y décima parte.
   Kitty es una chica aparentemente normal que trabaja por la noche en una emisora de radio en Denver. Pero Kitty está en el armario, y no porque sea lesbiana: Kitty es una mujer lobo. Una noche, mientras espera que oyentes le pidan canciones, uno hombre llama preguntándola si cree en vampiros. Los llamantes se interesan por el tema, y Kitty acaba dando consejos a un vampiro. La emisión tiene mucha audiencia, y desde entonces el programa se centra en lo paranormal. Kitty está encantada, pero ni al jefe de los hombres lobo, Carl, ni al de los vampiros, Arturo, les hace mucha gracia.
   Vaughn caracteriza muy bien a su protagonista, quien es muy divertida pero está agobiada por ser lo que es, y se ha creado un submundo que está perfectamente explicado, sin que haya mazacotes informativos: los hombres lobo se juntan en manadas, gobernadas por una persona, y salen a cazar juntos cuando hay luna llena… o cuando les apetece; los vampiros viven en Familias, también gobernadas por una persona, y siempre van a la última. Los vampiros y los hombres lobo están a la gresca, disimulan su condición, y los humanos desconocen su existencia. Las manadas y las Familias sirven para que esos seres se ayuden entre ellos y puedan sobrevivir. Kitty está un poco harta de la suya, porque pierde libertad como individuo. Los hombres lobo tienen el olfato hiperdesarrollado y Vaughn lo utiliza varias veces en las descripciones.
   La novela tiene mucho humor, y Vaughn, que es muy ingeniosa, aprovecha el programa de radio al máximo para jugar con lo que supone ser vampiro u hombre lobo: un llamante es un vampiro en plena crisis por ser católico y ya no poder entrar en una iglesia; Kitty da consejos para salir del armario; y hay un montón de llamadas demenciales (una pregunta si cuando una mujer loba está embarazada y se transforma, el feto se convierte en lobezno). Además, hay escenas divertidísimas de Kitty con su familia, que no tiene ni idea de lo que es.
   Pero a la novela le falta tensión, los personajes actúan sin ninguna coherencia (o muy convenientemente para que avance la historia), y Vaughn abre demasiadas tramas. Al principio, parece que el conflicto, aparte del interno que sufre Kitty, va a venir por la oposición del jefe de los vampiros al programa de radio. Pero Kitty le da la mitad de las ganancias a Carl, el jefe de los hombres lobo, y sigue de presentadora sin que le pase nada, y eso que se supone que los vampiros son muy peligrosos.
   A mitad de la novela aparece un asesino a sueldo, quien de forma increíble anuncia en la radio en directo que está entrando en el edificio para matarla, y Kitty se libra muy fácilmente. A partir de entonces, sin mucha lógica, Vaughn juega a que haya tensión sexual entre el asesino, Cormac, y Kitty, y se ayudan mutuamente.
   Kitty tiene que averiguar quién contrató a Cormac (fue a través de una tercera persona, para no poder rastrear el origen), y aparece de la nada un vampiro que le dice que un tal Smith va curando el vampirismo y la licantropía en una carpa ambulante con la que recorre los Estados Unidos. Además, un misterioso hombre que trabaja para el Gobierno, se pone en contacto con Kitty, y la policía le pide que la ayude en el caso de un hombre lobo psicópata. La novela se pierde entre tanta historia, y Kitty no parece correr mucho peligro.
   Dos de esas tramas se dejan abiertas, para seguir con la serie, y la resolución de las otras es muy precipitada; con personajes que se comportan de manera, al menos, curiosa.
   Esta novela es una pena. Está llena de ideas brillantes y de momentos muy buenos, pero la trama hace agua por todas partes.
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