La mecánica del corazón [1]

Portada original de La mecánica del corazón, de Mathias MalzieuNOVELA
La mécanique du cœur
(Francia, 2007, 178 páginas)
Mathias Malzieu
A veces me sorprende la paciencia que puedo llegar a tener leyendo: a pesar de que no conecte, y su lectura me sea un tormento, rara es la vez que dejo un libro sin terminar. En esta cosa que algunos llaman novela se me hacía insoportable su prosa púrpura, lo mal usada que está la primera persona, y su nimia historia. “La mecánica del corazón” habrá vendido como churros, pero es la obra de un amateur (claro que tal vez ha vendido como churros porque es un churro); y desde luego, el editor que “trabajó” en ella es un vago redomado.
   Su autor es Mathias Malzieu, el cantante de un grupo de rock francés, Dionysos. En 2007, al tiempo que se publicó la novela, Dionysos lanzó un disco con el mismo nombre que complementaba la novela. Y ahora mismo, Luc Besson está produciendo una película de animación basada en la obra. Sólo me explico su éxito de ventas en Francia porque Malzieu es conocido, y en el caso de España, porque tiene una portada preciosa que hace pensar en Tim Burton (yo piqué por la portada). Porque mira que hay que tener paciencia para leerse esto.
   En Edimburgo, en 1874, Jack nace en casa de Madeleine, una doctora que ayuda a que prostitutas den a luz y a que luego esos niños sean adoptados. Pero Jack nace con un corazón muy débil, y Madeleine debe instalarle un reloj de cuco para que no se le pare. Los años pasan, y nadie quiere adoptar a Jack por su reloj-corazón, pero Madeleine lo cuida como si fuera hijo suyo. Cuando Jack tiene 10 años baja a Edimburgo por primera vez, y allí descubre a Miss Acacia, una temperamental bailadora de flamenco de su edad de la que se enamora locamente. Jack hará lo que sea por conquistarla, aunque eso suponga recorrerse media Europa.
   Lo único que me gustan son algunas ideas aisladas: las prostitutas que viven con Jack le enseñan constantemente nuevas palabras, y como al niño le encanta cómo suena “cunilinguss” acaba llamando así a su hámster; por aquí aparece Jack el Destripador y Georges Méliès, y su jefa en la feria de Granada tiene un nombre muy cinéfilio: Brigitte Heim, que era la actriz que interpretaba al robot de “Metrópolis”. Pero el resto, uff.
   En “La mecánica del corazón”, que trata del amor materno y no de los riesgos del amor (a ver, si te enamoras de una loca, claro que hay riesgos), todo va pasando porque sí. El hilo argumental es la obsesión de Jack por Miss Acacia, pero vamos, todos los conflictos se los saca de la manga Malzieu y los resuelve cuando le da la gana. La trama es muy repetitiva y apenas hay obstáculos (o los hay cuando a Malzieu le apatece): una vez que Jack sabe que la chica está en España, pues nada, llega a España en un patinete con George Méliès; Miss Acacia, que más que temperamental parece desequilibrada, se enamora y desamora de Jack según le dé el viento; Joe reaparece muy oportunamente al final para complicar las cosas (ahí sucede algo que me hizo decir “¿Pero dónde estaba el editor?”: Jack le suelta una parrafada a Miss Acacia contándole algo que el lector ya sabía, que es cómo le acosaba Joe en el colegio).
   “La mecánica del corazón” tiene el peor uso de primera persona que he leído en mi vida en una novela publicada por una editorial. Puedo entender, porque no es una novela realista, que Malzieu, al principio, se tome la licencia de contar cosas que Jack es imposible que conozca porque todavía no ha nacido, y que cuente pensamientos de su madre o qué les pasaba los peces del lago, pero lo que me supera es que el narrador sea claramente Malzieu y no Jack: constantemente Jack recurre a elementos que no existían en el siglo XIX para contar lo que está pasando. Ahí van unos ejemplos:
   “Parece un cuadro de Modigliani, un cuadro de Modigliani con una hermosa mujer que ronca un poquito”. (Modigliani, que era un niño, no había pintado ni un solo cuando entonces.)
   “Con los ojos muy abiertos descubro a Madeleine con los brazos en alto, como si acabara de marcar un penalti en la final de la copa de fútbol mundial”.
   “(…) el cuco restalla como una máquina de palomitas”.
   “Un bulldozer arrasa con todo en mis pulmones”.
   “(…) más bien parece que mi piel se envejeció, se arrugó a lo Charles Bronson”.
   “Nuestras miradas coinciden como en un duelo de western, a cámara lenta”. (La influencia de Leone es muy patente, y Jack habla de cámara lenta cuando todavía no existía el cine.)

   “(…) somos una auténtica pareja de vampiros que deambula por la ciudad sin gafas de sol”. (Está claro que Malzieu ha visto el “Drácula” de Coppola. Además, lo que dice la frase es falso, porque no son vampiros.)

Portada española de La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu
Portada española

En una ocasión hablar de “rebobinar” palabras, en otra de una vida “baja en calorías”, y en otra de “teletransportar” a Miss Acacia. Y por ahí aparece un «big bang».
Malzieu se ha molestado tan poco en cuidar los detalles que cuando Jack sale de Edimburgo Madeleine le mete creps en la maleta; supongo que si el autor hubiera sido español, Madeleine le hubiera metido una tortilla de patatas, por mucho que los personajes fueran escoceses del finales del XIX. Además, todos los lugares por donde pasa Jack están muy mal dibujados, porque casi no hay detalles reveladores. Y no sé cómo se piensa Malzieu que funcionan las palomas mensajeras, ¿con un GPS? Porque en la novela la paloma es como un servicio de mensajería que encuentra a Jack en todas partes.

   Pero lo que me saca de quicio de “La mecánica del corazón” es su prosa púrpura. La novela está escrita con un estilo ampuloso y relamido, en el que abundan los adverbios y adjetivos, las comparaciones y las metáforas. Y muchas veces las frases, que a veces son incomprensibles, parecen más las estrofas de una canción que las frases de una novela:
   “Tengo que hacer cola como todo el mundo, aunque no pida un autógrafo, sino la luna. Ella y yo acurrucados en su media luna”.
   “Acompaño a Miss Acacia hasta su casa con paso de lobo, la estrecho como un lobo, desaparece tomándome por un lobo”. (¿Estrechar como un lobo? ¿Qué demonios es eso? ¿Y de verdad Miss Acacia se piensa que Jack es un lobo?)
   “Los resplandores que produce Miss Acacia al cantar son los estallidos de sus propias fisuras”. (Chino ser, no entender.)
   “La aguja de sus tacones, que marca el tempo de su alejamiento, reaviva mis insomnios”.
   “Ver brillar esas centellas en los ojos de una gran manada de hombres con el corazón sano me produce el efecto de una terrible resaca de llamas”.
   Y hay una que me sorprende muchísimo que haya llegado a la imprenta:
   “Sus pechos parecen un par de merengues tan bien cocinados que sería pecado no comérselos ahí mismos”.
   ¿Cuál es el problema aquí? Pues que Jack tiene 10 años cuando ve las apetecibles tetas de Miss Acacia, quien por entonces también tiene 10 años.
   Pero lo peor, porque provoca un serio crujir de dientes, es cuando Malzieu se pone poético, y desgraciadamente lo hace muy a menudo. Ahí van dos ejemplos de su bella prosa:
   “Vamos, ven a mi árbol en flor, esta noche apagaremos la luz y dejaré pares de gafas sobre tus brotes. Con la punta de tus ramas rayarás la bóveda celeste y sacudirás el tronco invisible que sostiene la luna. De nuevo caerán los sueños como una nieve tibia a nuestros pies”.
   “Los reflejos plateados dan la impresión de que el cielo y sus estrellas acaban de caer en la bañera. Es maravilloso ese grifo ordinario que esparce blandas estrellas en el silencio de la noche. Entramos delicadamente en el agua, a fin de no salpicar esta delicia. Somos dos gusanos estrellados de gran formato”.
6 comentarios
  1. Ana
    Ana Dice:

    Madre mía… Cuando he empezado a leer la crítica he pensado "pues igual hay que leérselo a modo de "How-NOT-to"" 😀 Pero cuando he llegado al final lo he descartado totalmente, paso de tener que leerme cada párrafo dos veces para "intentar" entender algo ^_^

    A mí según lo que cuentas habría una tercera cosa que me sorprendería: que lo hayan traducido.

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  2. admin
    admin Dice:

    Sí, leerse esto es muy duro.

    Con la historia puedes conectar más o menos, aunque esté muy mal contada y casi no exista, pero ya la prosa es de una ineptitud impresionante. Yo constantemente me decía "Esta frase ni él mismo sabe qué significa". Por eso decidí poner frases de la novela en la crítica, para que pudierais ver que estilo tan bonito tiene.

    En parte de atrás de mi edición (afortunadamente es la de bolsillo y me costó muy poco), un crítico sin identificar de "Babelía", de "El País", dice: "Lectura altamente recomendable". Bueno, eso dice muy poco a favor del crítico.

    En cuanto a la traducción, supongo que sea porque en Francia se ha vendido muy bien y están haciendo la película. Y en España no le ha ido mal de ventas.

    Tiemblo al pensar que este tipo ha escrito más novelas, y la opinión general es que "La mecánica del corazón" es su gran obra, porque las otras le han quedado mal.

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  3. Anónimo
    Anónimo Dice:

    Creo que la forma en que esta redactado no es la mejor, igualmente han hecho que se enfoque mas a un publico adolescente o adulto-joven ya que en este campo es donde màs se consiguieron ventas según artículos que leí.
    No es la mejor obra literaria, pero como mencione quizás es así por el publico al que esta dirigido.

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