Las sesiones [8]

Poster original de Las sesionesThe Sessions

(EE.UU., 2012, 95 min)
Dirección y guión:
Ben Lewin
Intérpretes:
John Hawkes
Helen Hunt
William H. Macy
Moon Bloodgood
Annika Marks
Rhea Pearlman

“Las sesiones” fue una de las sorpresas de Sundance 2012: la crítica la recibió muy bien y acabó ganando el Premio del Público y uno especial para el conjunto del reparto. En San Sebastián los espectadores también conectaron con ella, y allí también ganó el Premio de Público. Y no me extraña: “La sesiones” muestra un tema que a priori era dificilísimo de tratar sin caer en el ridículo, y lo hace con tanta sensibilidad, y el reparto es tan bueno, que el resultado es encantador.
   Mark O’Brien (John Hawkes) es un poeta y periodista que tiene el cuerpo paralizado, pero no la sensibilidad, por haber contraído la polio de niño. Aunque profesionalmente tiene éxito, Mark sentimentalmente se siente solo, y cuando tiene 38 años quiere peder la virginidad. Tras consultarle al cura de su parroquia (William H. Macy), accede a empezar una terapia de seis sesiones con una suplente del sexo, Cheryl Cohen-Greene  (Helen Hunt), una mujer que le ayudará a perder el miedo y a que pueda disfrutar del sexo.
Helen Hunt y John Hawkes en Las sesiones
Helen Hunt y John Hawkes
   La película está basada en la historia real de Mark O’Brien y en un artículo que escribió en 1990 para la revista “The Sun”, y me parece que parte de su éxito está en la naturalidad con la que habla de sexo y lo cercanos que te resultan los personajes. John Hawkes te conquista con una actuación tiernísima, en donde ves y entiendes perfectamente el anhelo que siente de estar con una mujer y, al mismo tiempo, el miedo que sufre. Y Helen Hunt, que es una grandísima actriz, logra que comprendas perfectamente su profesión y la veas tan normal como lo hace su familia (la presentación del personaje es excelente, con su hijo delante). Y cuando el sexo va dando lentamente paso al amor, el film alcanza momentos intensísimos por la química que hay entre ambos.

Además, todos los segundarios resultan entrañables, en especial William H. Macy, y hacen comentarios muy divertidos sobre el sexo.

   Cuando parece que la resolución va a ser previsible, cuando se está fraguando una crisis de pareja en casa de Helen Hunt (está resulta de forma muy verosímil), sucede algo que cambia de rumbo la película, y que a mí me encanta: ya no es lo que te esperabas, y además, demuestra que Mark tenía razón al buscar la ayuda de la suplente sexual, por mucho que tuviera dudas religiosas (como le dijo su cura, Dios le dio permiso), y más tarde esos acontecimientos ayudaron a que Mark encontrara la felicidad . O si no eres religioso, como es mi caso y el de uno de los personajes, el universo está lleno de poesía que te va guiando por la vida.
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