La mosca [8]
The Fly
(EE.UU., 1986, 96 min)
Dirección:
David Cronenberg
Guión:
Charles Edward Pogue
David Cronenberg
Intérpretes:
Jeff Goldblum
Geena Davis
John Getz
David Cronenberg
El frío e inquietante, y varias veces genial, David Cronenberg logró uno de sus mejores trabajos en 1986 con “La mosca”. A la película se la sigue considerando un remake de la homónima de 1958 con Vincent Price, aunque lo único que comparten es la idea de partida y que están inspiradas en el mismo cuento de George Langelaan, porque las historias que cuentan y la calidad de las películas son como el sol y la luna: por algún motivo el film de 1958 tiene cierto prestigio y es un clásico de la serie B, aunque en realidad es terrible; mientras que el de Cronenberg es una obra retorcida y fascinante.
Seth Brundle (Jeff Goldblum) es un brillante científico que conoce a una periodista, Veronica Quaife (Geena Davis), en una fiesta para la prensa. Seth lleva a Veronica a su casa-laboratorio y le muestra en qué está trabajando: unas cabinas que permiten la teletransportación de objetos. Tras unos inicios no muy prometedores, Seth y Veronica se enamoran, y la periodista comienza a documentar en vídeo los progresos del invento de Seth. El próximo reto de Seth es lograr que las cabinas puedan teletransportar materia orgánica, y cuando lo logre, dará un paso más allá: teletransportar a seres vivos. Poco a poco Seth va logrando sus objetivos, y cuando ya ha conseguido teletransportar a un simio, decide que él será el siguiente. Seth programa la teletransportación y se mete en la cabina, pero sin que se dé cuenta, con él se cuela una mosca…
Durante la primera parte, Cronenberg se molesta en presentar muy bien el mundo de los protagonistas y lograr que sintamos empatía por ellos (aquí también ayuda el gran trabajo de Jeff Goldblum y Geena Davis). Por una parte está la historia de los inventos de Seth, que está muy bien explicada (Cronenberg utiliza escenas visuales muy potentes, que es la mejor manera que hay en cine para contar este tipo de cosas); y por otra la de Veronica, en la que está muy bien enlazada su profesión y su pasado con el director de la revista para la que trabaja, lo que hace muy creíble que acabe enamorándose con Seth.
La segunda parte, la de la mutación, funciona tan bien porque al principio los personajes no saben qué está pasando, pero el espectador sí. Ellos perciben que algo ha cambiado en Seth, y el cambio parece positivo, pero el espectador sabe que de positivo nada. Cronenberg aquí también es muy visual, para que el espectador saque sus propias conclusiones sobre qué ha ocurrido en las cabinas. La acción evoluciona, también de forma muy visual, y del humor y detalles curiosos pasa a cosas inquietantes, y llega un momento en el que Seth y Veronica se separan porque perciben el cambio de forma distinta. Y curiosamente, van descubriendo lo que ya sabe el espectador, y funciona de maravilla. Hasta que en el último tercio, cuando Seth se ha degenerado por completo, todo son novedades terribles, tanto para los personajes como para el espectador.
Si hay algo que ha envejecido mal de esta gran película es el maquillaje (ganó el Oscar, por cierto). Las primeras fases de la mutación y la mutación ya completa están muy bien; pero en algunas fases intermedias se nota muchísimo el látex, sobre todo el que cubre el cuerpo de Jeff Goldblum, y la película pierde un poco de intensidad.
El tono de las películas de Cronenberg suele ser gélido, y paradójicamente, en las más logradas, consigue escenas de muchísima emoción; y muestran cómo en una superficie “normal” van apareciendo anomalías muy perturbadoras, hasta que esas anomalías acaban con la superficie. “La mosca” es Cronenberg al cien por cien y además es un Cronenberg muy inspirado: es una película muy fría, el cambio de la superficie es lo que guía la narración, y tiene un final que al mismo tiempo es desasosegante y repulsivo y triste y emocionantísimo.
Es una de las favoritas de mi padre, por lo que desde pequeña la he visto muchas veces. Me parece como tu bien dices, que está muy lograda, sobre todo teniendo en cuenta que es del año 86, ahora los efectos especiales estarian mucho mejor si, pero las de entonces tienen ese encanto especial, creo yo. Geena Davis trabaja muy bien pero sin embargo, tiene pocas películas buenas. Mi escena favorita es la del pulso en el bar.
Uff, qué repelús el bar. Dile a tu padre que tiene muy buen gusto.