La nana [4]
La nana
(Chile, 2009, 95 min)
Dirección:
Sebastián Silva
Guión:
Sebastián Silva
Pedro Peirano
Intérpretes:
Catalina Saavedra
Claudia Celedón
Alejandro Goic
Mariana Loyola
“La nana” es una película chilena que desde que comenzó su carrera por los festivales en Sundance el año pasado, donde ganó el Gran Premio del Jurado y el de Mejor Actriz para Catalina Saavedra en la categoría de World Cinema, no ha hecho más que ganar prestigio, llegando su culminación con la nominación a los Globos de Oro a Mejor Película Extranjera. Y yo me preguntó por qué.
La historia es muy sencilla: una criada muy arisca y ruda, que lleva 20 años viviendo con la misma familia, hace la vida imposible a otras criadas contratadas para ayudarla, hasta que llega una con más paciencia que un santo que hace que cambie.
Supongo que sea por cuestiones presupuestarias, pero la fotografía de este film es terrible. Según imdb, está rodada en HDCAM, una cámara de vídeo de alta definición, aunque más bien parece hecha en VHS; y todos los planos están verdosos. El vídeo tiene tan poca calidad que al final, cuando hay un fundido muy largo, está pixelado. La planificación es correcta, aunque a veces el director mueve la cámara por la estancia buscando a un actor que habla. El montaje de las conversaciones no está mal, pero cuando aparece la abuela por primera vez, no entiendo por qué ese personaje tiene tan pocos planos y por qué mantienen el plano en la cara de la madre cuando está hablando la abuela. Y más adelante, cuando celebran la Navidad, ¿qué sentido tiene el plano de la hija cogiendo hielo de frigorífico? Si no cuenta nada, fuera.
Lo peor de “La nana” es su guión. No sé como los críticos, que son tan agudos, no se han dado cuenta de que es increíble. Durante 70 minutos la acción no tiene ningún sentido. Al empezar, con la fiesta de cumpleaños de la nana, pensé que la película iba a ir sobre las falsas apariencias, ya que la familia parecía muy feliz celebrando su cumpleaños, pero la nana tenía cara de perro. Algo pasaba en esa familia para que la criada reaccionara así. Pues me equivoqué. La criada se pasa 70 minutos con cara de perro porque al director le da la gana. Jamás explica su comportamiento: por qué odia a la hija; por qué no quiere que otra chica le ayude con el trabajo; por qué es tan desagradable. Tampoco explica qué pintan los dolores de cabeza. Pero lo que es una tomadura de pelo, y por eso digo que es increíble, es que no explica por qué la familia sigue con ella, si todos saben que es una bruja. El director intenta justificarlo diciendo que lleva 20 años trabajando allí, pero no está marcado que la tengan cariño por el tiempo que llevan juntos, y que quiere mucho al hijo. Tampoco se indica que el cambio de personalidad sea reciente (supongo que sea reciente, porque me cuesta creer que lleven dos decenios con esa arpía).
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Mariana Loyola y Catalina Saavedra |
Durante esos insufribles 70 minutos, la acción da vueltas y más vueltas sobre lo mismo: lo mala que es la nana. Y simplemente son las faenas que les hace a otras nanas y a la hija, mientras la familia no se decide a despedirla. El recurso de la puerta lo repiten demasiadas veces, y algunas de las reacciones son muy exageradas (con lo de la maqueta incluso el director se dio cuenta, y uno de los personajes dice que es excesivo).
Los 20 últimos minutos están mucho mejor. Hay variación en la narración. El personaje, gracias a la amistad con Lucy, una nueva criada, cambia. Ese cambio es demasiado radical, pero al menos la película se hace entretenida y tiene una dirección clara. Se sigue sin saber qué traumas tiene la nana, pero como la historia de amistad funciona, lo pasas por alto. Y el último plano, tiene mucha emoción. El conjunto hubiera funcionado mejor si la nana de toda la vida fuera Lucy, la optimista, y llegara a la casa Raquel, el monstruo, y antes de que la echaran, Lucy convenciera a la familia para darle una oportunidad; y el film se centrara en la relación entre las dos nanas y el cambio de la segunda.
Sin embargo, “La nana” tiene otras cosas buenas aparte de los últimos minutos . Creo que ha engañado a los críticos y a los festivales por lo bien que están los actores, en especial la protagonista, y la sensación de realidad que transmite. Pero una película tiene ser verosímil, y esta no lo es.
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