Leones por corderos [4]
(EE.UU., 2007, 92 min)
Dirección:
Robert Redford
Guión:
Matthew Michael Carnahan
Intérpretes:
Robert Redford
Meryl Streep
Tom Cruise
Muy poco cine nos ofrece Robert Reford en su séptimo largometraje como director. “Leones por corderos” es tan ambiciosa en sus planteamientos como fallidos sus resultados, siendo una película que más recuerda al cine español que al americano.
Con la intención de contarnos cómo funciona EE.UU. en la actualidad, desde una perspectiva de izquierdas, el film recurre mayoritariamente a la palabra para explicar todo lo que quiere explicar (que es mucho), lo que hace que el ¿75%? de sus plúmbeos 90 minutos sea un plano-contraplano de unos actores que se mueven muy poco (de ahí la similitud con el cine nacional).
Siguiendo tres líneas argumentales interrelacionadas, la acción se desarrolla en dos despachos americanos y una colina y una base militar en Afganistán, donde los actores o bien tienen las piernas rotas y no se pueden mover, o bien están sentados en un escritorio y Redford no hace nada por moverlos. Eso sí, se empeña en que no dejen de hablar.
De este modo pasamos del senador republicano intentando vender una nueva estrategia en Afganistán a una incrédula periodista demócrata (aquí Tom Cruise se mueve algo más que Meryl Streep), al intento de un profesor progre de una universidad de California por que un alumno con potencial no tire su vida por la borda (Robert Redford, se levanta una vez de la silla; Andrew Garfield ni una), a la colina afgana donde están acorralados dos soldados americanos (vale que están inmovilizados, pero basta comparar esta parte de la película -¿20 minutos?- con “World Trade Center” –con la que, por cierto, comparte protagonista- para darse cuenta que con un material así se puede hacer algo entretenido. De hecho, está parte tenía que tener tensión y no hay ninguna), a los soldados en la base militar que intentan rescatarlos (los cuales están pegados al monitor que emite las imágenes del satélite).
La ausencia de tensión en la colina afgana se debe a que desconocemos el pasado de los dos soldados. Su vida se cuenta cuando ha pasado una gran parte de la película y ya es demasiado tarde para que el espectador sienta empatía por ellos. Se tiene la sensación de que el guión tenía otra estructura que se cambió en montaje: decidieron adelantar su historia para que hubiera algo de acción al principio del film.
En resumidas cuentas, “Leones por corderos” es una película pretenciosa, a veces con reflexiones interesantes, otras veces pueriles, con buenas actuaciones (lo contrarío sería difícil con ese reparto) que debido a su constante apoyo en la palabra resulta aburrida y cinematográficamente muy pobre.
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