Mystic River [8]
CINEFILIA
Mystic River
(EE.UU., 2003, 138 min)
Dirección:
Clint Eastwood
Guión:
Brian Helgeland
Intérpretes:
Sean Penn
Tim Robbins
Kevin Bacon
Laurence Fishburne
Marcia Gay Harden
Laura Linney
Eli Wallach
El adicto al trabajo Clint Eastwood dirigió en 2003 “Mystic River”, una adaptación de la novela homónima de Dennis Lehane con guión del normalmente mediocre Brian Helgeland, y logró las mejores críticas de su carrera desde “Sin perdón” (1992). Cuando se estrenó ese otoño, se convirtió de inmediato en una de las favoritas para los Oscars. La película fue un éxito de taquilla (más de 150 millones de dólares recaudados, partiendo de un presupuesto de 30), y cuando llegaron los premios, “Mystic River” fue candidata a 8 Oscars, incluidos Mejor Película y Mejor Director, de los que ganó los de Mejor Actor, para Sean Penn, y Mejor Actor Secundario, para Tim Robbins. Fue el año que arrasó el “El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey”.
Los niños Jimmy, Sean y Dave (de adultos Sean Penn, Kevin Bacon y Tim Robbins) juegan al jockey en la calle cuando un hombre que se hace pasar por policía obliga a meterse en su coche a Dave. Dave ha caído en las garras de dos pederastas que abusarán de él durante cuatro días.
Veinticinco años después, Dave sigue traumatizado por ese secuestro, no siendo un adulto muy cabal; Jimmy es un ex-convicto que lleva una tienda de la esquina; y Sean es policía. Un día Dave vuelve a su casa de madrugada ensangrentado y le cuenta a su mujer Celeste (Marcia Gay Harden) que le han intentado asaltar y tiene miedo de haber matado al atracador. A la mañana siguiente, la hija de Jimmy aparece asesinada en un parque. Sean investiga el caso, pero Jimmy también lo hace, con un par de matones; al tiempo que Celeste empieza a sospechar que Dave es el asesino.
“Mystic River” es una película hipnótica a más no poder y muy tenebrosa, llena de sombras y escenas nocturnas, que le da una atmósfera muy opresiva. Desde el comienzo, que tiene una tensión enorme, Eastwood muestra muy bien la cadencia que llevará durante el resto del largometraje: los acontecimientos suceden lentamente, dando al espectador tiempo para asimilar lo que está sucediendo y qué consecuencias pueden traer; subiendo la tensión muy despacio, pero sin pausa. El resultado es magnífico.
Algo que ayuda a que la película funcione tan bien es un reparto impresionante. Sean Penn y Tim Robbins se llevaron un Oscar por sus inmensas interpretaciones, pero el resto de los actores están a la misma altura. Todos transmiten tanta emoción que es fácil imaginar qué piensan (donde mejor se ve es en las sospechas de Marcia Gay Harden) y qué pueden provocar sus acciones por interpretar mal las pistas que perciben. La mayoría de los personajes están muy bien caracterizados, dando la impresión de que son personas de verdad, aunque sólo aparezcan unos minutos en la pantalla, lo que hace que sus reacciones nunca resulten forzadas.
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Kevin Bacon y Sean Penn |
El cine de Clint Eastwood destaca por las escenas cargadas de emoción que tiene. En “Mystic River” hay muchas. Es sobresaliente cuando Sean Penn descubre que han matado a su hija a través de la mirada de Kevin Bacon; o cuando Tim Robbins se derrumba ante Marcia Gay Harden, mostrando que los lobos aún le acosan; o la conversación entre Gay Harden y Penn. Pero hay una que sobresale sobre todas: el clímax de la película, donde entiendes todo y se te hiela la sangre. Sólo alguien con el talento de Clint Eastwood puede conseguir una escena así.
Si “Mystic River” no es una obra maestra es por su final y porque los dos hilos argumentales están muy descompensados: por una parte está la historia de Tim Robbins, de cómo todo apunta a que él es el asesino y cómo el peligroso círculo de Jimmy se está cerrando sobre él; y por otra la resolución del asesinato. La primera historia es genial, la segunda es muy precipitada y resulta decepcionante.
Tras la resolución del caso, el film cambia radicalmente de tono, y hay dos escenas muy controvertidas. En la primera Laura Linney alaba las acciones de su marido con un diálogo muy difícil de creer en ese personaje, justificando lo injustificable (supongo que da un mensaje tan malo porque el personaje de Linney está poco desarrollado y en la novela ella pondría en duda su valía a lo largo de la historia); y la última escena, que es demasiado ambigua y se puede interpretar como que un asesino se va a salir con la suya; o que la justicia va a actuar. Yo siempre he entendido esto último.
Calidad del blu-ray:
No está mal. No hay filtros para resaltar los bordes o reducir el grano; los tonos de piel son muy naturales y la imagen tiene profundidad. Pero a veces los blancos están quemados y los negros son tan oscuros que pierden detalles, y algunos planos, especialmente los generales, no son tan nítidos como a lo que estamos acostumbrados a ver en la alta definición (se ve muy bien en el primer paseo de Tim Robbins con su hijo).
Gran peliculón, perfectas las interpretaciones. Linney alaba a su marido al final porque ella sentia celos de la chica y lo que hace es llevárselo a su terreno ahora que se ha librado de la hija favorita y serán solo ellos y las hijas de ambos.
Mmmm, interesante interpretación.