Paraíso [4]

Portada original de Paraíso, de Liza MarklundNOVELA
Paradiset
(Suecia, 2000, 571 páginas)
Liza Marklund
Liza Marklund además de ser periodista, embajadora de UNICEF, y copropietaria de la tercera editorial más importante de Suecia, es una popularísima escritora de novelas policíacas. Según su página oficial, su serie de Annika Bengtzon, una periodista especializada en sucesos, ha sido traducida a 30 idiomas y ya lleva vendidos más de 13 millones de ejemplares. En 2010, Marklund co-escribió una novela con el muy, muy prolífico autor de best-sellers James Patterson, “The Postcards Killers”, y el libro llegó al número 1 de la lista del éxitos de “The New York Times”, siendo así Marklund el segundo autor sueco en lograrlo, tras Steig Larsson. Gracias al tirón internacional de Steig Larsson, en España se están traduciendo un montón de autores policíacos de los países nórdicos, y desde 2010 la editorial Suma de letras está volviendo a editar la serie de Annika Bengtzon.
   “Paraíso” es la tercera aventura de Annika. Un día que está trabajando, una mujer llama a la redacción y le pasan el teléfono. La mujer asegura trabajar para una fundación, Paraíso, encargada de proteger a personas que necesitan desaparecer de la sociedad y tener completo anonimato. Mientras Annika investiga el caso para comprobar que la fundación existe de verdad, otra mujer se pone en contacto con ella, Aida, quien hace pocos días ha huido de una masacre en el puerto y necesita protección. Sin pensárselo mucho, Annika le da el teléfono de Paraíso… pero entonces le entran las dudas sobre la veracidad de la fundación, y teme haber metido a Aida en un apuro más grande del que estaba.
   De esta novela están muy bien los personajes, sobre todo cómo Marklund muestra lo que sienten en el interior (en ese sentido destacan la relación de Annika con su familia y la relación del asistente social con su mujer banquera), la descripción de Suecia, que te transporta perfectamente a ese país (a Marklund le encanta el clima de Andalucía, y después de leer esta novela, no me extraña), y cómo muestra la vida cotidiana de un periódico, con periodistas mucho más interesados en el poder, en alimentar su ego, y en vender más que en buscar la verdad (hay también una parte divertidísima, en la que en una tertulia televisiva de mujeres intelectualoides, éstas no hacen más que decir lugares comunes y vaguedades sobre lo que es la cultura… Los intelectualoides son igual de ridículos en todas partes).
   Pero la trama, por forzada y porque al final se queda a medias, es terrible.
   De principio a fin, todas las pistas y todas las personas que se cruzan en el camino de Annika están metidas con calzador, y se nota muchísimo. Empezando por las dos tramas: por una parte, de casualidad, Annika descubre esa misteriosa fundación para ayudar a gente a desaparecer del mapa, y poco después, casualidades de la vida, una mujer que necesita desaparecer del mapa se pone en contacto con Annika.
   Sucede también cuando Annika, teniendo mucha potra, consigue las llaves de Paraíso, y va a investigar justo cuando el asistente social, al que le daba igual la fundación, decide tomar cartas en el asunto (y decide arriesgarse el pellejo antes de hablar con sus superiores). Así avanza esta novela.
   Lo peor en cuanto a trama es cuando el villano al final regresa a Suecia para ver quién trabajaba con Aida, y le tiene una trampa a Annika en un cementerio. Bueno, pues esa escena no tiene ningún sentido, porque el hombre descubre un nombre, y se pira, sin haber hecho nada con ese nombre, a Sudáfrica. Esa escena sirve, de forma muy torpe, para que Annika descubra ese nombre y le lleve ante un personaje, que sin venir a cuento le explica toda la trama y después desaparece.
   La edición española tiene algún error de traducción. No tengo ni idea de sueco, pero hay algunos errores muy llamativos (como que cinco millones de cigarrillos en un determinado momento se vuelven cincuenta; o que Annika va a una tienda de informática a comprarse, entre otras cosas, una almohadilla, cuando es obvio que se está comprando una alfombrilla); y viendo lo torpemente que están construidas demasiadas frases, supongo que el sueco sea parecido al inglés en el sentido de que las frases siempre necesitan un sujeto explícito (es decir, tienen que escribir incluso “él”, “ella”, “ellos”… cuando en español se puede omitir sin problemas), lo que hace que la novela esté llena de frases que no suenan naturales en español.
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