NOVELA
A Patchwork Planet
(EE.UU., 1998, 287 páginas)
Anne Tyler
Anne Tyler es una autora estadounidense de mucho éxito y prestigio, algo que los esnobs no conciben en una misma persona. En 1989 ganó el Premio Pulitzer por “Ejercicios respiratorios”, pero sobre todo es conocida por “El turista accidental”. Al parecer sus novelas suelen desarrollarse en el Baltimore actual, donde vive, y sus personajes son personas normales y corrientes, teniendo más importancia las relaciones interpersonales que las tramas. “A Patchwork Planet” (“Un mundo a parches”) es su 14ª novela, y se publicó en 1998, aunque en España sigue sin ver la luz. Y es la primera que me leo de ella.
Barnaby es un hombre a punto de cumplir 30 años que siempre ha sido la oveja negra de su familia rica. De joven fue un delincuente que entraba en las casas de la gente más interesado en leer sus cartas personales que en robar objetos. Un día lo detiene la policía, lo que provoca que acabe en un reformatorio para chicos de familias acomodadas. Y mientras su hermano mayor es un triunfador y va a seguir los pasos de su padre, Barbany lleva once años trabajando en “Rent-a-Back” (algo así como “Alquile una espalda”), una empresa que se dedica a ayudar a ancianos a hacer tareas cotidianas que no pueden hacer por sí solos, y tiene una ex-mujer y una hija de nueve años a la que apenas ve. En su familia existe la tradición, desde tiempos de su bisabuelo, de encontrarse con un ángel que les guía en su vida: su antepasado tenía una tienda de ropa, y una mujer alta y rubia le dio una idea que lo hizo rico. Barbany decide encontrar a su ángel, y sigue a una mujer con la que coincidió en el tren, Sophia, con la que empieza una relación.
Lo primero que llama la atención es lo divertida que es. Está narrada en primera persona, y Barbany es muy irónico. Aunque a veces quiere justificar sus acciones, la imagen que transmite es la de un personaje muy inmaduro, con cierta dignidad pero que no es consciente del daño que hace (Tyler utiliza detalles geniales para caracterizarlo, como que su ex-mujer tuviera que decirle que no llamara a su hija “Conejito” por sus dientes saltones; o la cena que dio a un ligue en su patio trasero, con luces que se encendían detectando movimiento. Hizo que la chica estuviera moviéndose constantemente para no quedarse a oscuras, sin decirle que podía mantener las luces encendidas apretando un botón). Y si esta novela tiene algo sobresaliente, es la caracterización de todos los personajes. Tyler, a través del filtro de Barnaby, elige pocos detalles, pero muy reveladores, que hacen que los personajes sean personas de carne y hueso, muy diferenciados unos de otros.
La novela no tiene una trama cerrada, y simplemente son unos meses de la vida de su protagonista. Comienza presentando el desastre de vida que tiene y cómo busca a su ángel; luego se centra en la historia de amor con Sophia, y en devolver a sus padres el dinero que tuvieron que pagar a los vecinos a los que había robado de adolescente. Y funciona por lo bien dibujados que están los personajes y por su humor. Tyler parece que tiene un talento natural para sacarle punta a las situaciones cotidianas; algunas escenas son tan hilarantes que a veces tenía que parar de leer porque me estaba riendo a carcajadas.
El problema que le veo es que empieza muy arriba, mantiene el nivel durante muchas páginas, pero pega un bajón en el último tercio. Barbany se vuelve más reflexivo (hay reflexiones muy buenas, como lo que es la vejez y el matrimonio), ya no tiene tanta ironía, y el posible triángulo amoroso no funciona del todo: Martine, que es la tercera en discordia, no es la mitad de atractiva, como personaje, que Sophia. Y lo que hace que la relación empiece a fallar, el dinero en la caja de harina, me parece demasiado forzado.
Seguiré leyendo a esta autora. Supongo que sus grandes obras sean excelentes. Esta me parece lograda a medias, pero da pistas de que es una escritora notable. Roddy Doyle y Nick Hornby la consideran la mejor novelista (ya sea hombre o mujer) viva que escribe en inglés. Tal vez cuando lea las novelas que nombro arriba, yo piense parecido.
Actualización (5 de junio de 2010):
Acabo de descubrir que existe una traducción en español. En 2002 la Editorial Sudamericana, en Argentina, la publicó con el título «Un mundo roto». Lógicamente, está en español de ese país, y leyendo la primera página en Amazon me cuentro autos y alhajeros por coches y joyeros. Si te gusta mucho Anne Tyler y no puedes leer inglés, es una opción, aunque los personajes de Baltimore parezcan porteños.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?