Pórtico [6]
NOVELA
Gateway
(EE.UU., 1977, 313 páginas)
Frederik Pohl
Frederik Pohl, cuya pasión era la ciencia ficción, tuvo una carrera larguísima: comenzó a publicar con 17 años, y murió el año pasado, con 93, estando escribiendo el segundo volumen de sus memorias. A lo largo de ese tiempo fue crítico, poeta, profesor, agente literario, director de revistas, editor de libros, y escritor de ciencia ficción. Su gran momento como novelista le llegó a finales de los 70, con casi 60 años, cuando comenzó la saga de los heechees, una especie alienígena anterior al hombre que había dejado desperdigados por el espacio artefactos de su cultura. «Pórtico» es la primera parte, y con ella Pohl ganó los prestigiosos premios Nébula, Hugo, John W. Campbell y Locus.
En el futuro la Tierra es un sitio muy poco recomendable para vivir si no eres rico. Rob Broadhead tiene la oportunidad de cambiar de vida cuando le toca la lotería. Con el dinero se compra un billete a Pórtico, una estación espacial perteneciente a los heechees, una raza alienígena de la que los hombres apenas saben algo. En Pórtico o te haces rico o mueres: la estación espacial está llena de naves que recorren el universo, pero nadie sabe adónde van hasta que las lanzan; y las tripulaciones o perecen en el viaje o vuelven habiendo descubierto rutas o con artefactos que les hacen ricos. Rob está muerto de miedo con solo pensar que tiene que meterse en una de esas naves y salir al espacio.
«Pórtico» me parece muy irregular: es un conjunto muy caótico, con varias partes geniales y otras muy aburridas. La novela va alternando dos tramas; en una Rob está siguiendo una terapia con un robot-psicólogo para recuperarse de un trauma ocurrido en Pórtico, y la otra te cuenta qué pasó exactamente en la estación espacial. Entre media, de una forma muy ingeniosa, Pohl va insertando anuncios por palabras, lecciones de física, información sobre los heechees, y documentos legales que te dan una idea muy buena de lo que es Pórtico y la corporación que lo gobierna.
A mí toda la parte del psicólogo, a pesar de lo imaginativo que es Pohl para que haya variedad en las sesiones, se me hacía aburridísima. Sabía que Rob ocultaba algo (cuando empieza la novela, sabes que es rico), pero me perdía en todo el rollo psicológico de buscar en su pasado, y solo le veía sentido al final, cuando descubres qué pasó, que es algo genial y muy angustioso.
De la parte de Pórtico, me encanta el mundo que se crea Pohl. Es una especie de fiebre del oro llevada al futuro y al espacio, donde los aventureros, que están desesperados, van a ciegas, sin saber si van a morir o a forrarse. Es interesantísimo cada vez que descubres algo de los heechees, y los tres viajes que hace Rob son excelentes (Pohl te va desvelando poco a poco información de cómo son los viajes, para que suba la tensión). Además, te transmite muy bien la angustia de Rob ante la idea de tener que salir al espacio.
Lo que no me gusta de esa parte son las relaciones interpersonales que crea Pohl entre viaje y viaje. A veces me perdía con tanto personaje que iba y venía, y sobre todo, nunca acabé de entender por qué Klara era la mujer de su vida, si la ponía los cuernos a las primeras de cambio y encima le daba una paliza.
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