NOVELA
Prince of Storms
(EE.UU., 2010, 388 páginas)
Kay Kenyon
Kay Kenyon cerró su tetralogía del Omniverso y la Rosa en 2010 con “Prince of Storms”. Las novelas mezclan fantasía con ciencia y ficción y cuentan las aventuras de Titus Quinn, un hombre que descubre un universo paralelo (el Omniverso), que crea energía para poder vivir destruyendo el nuestro, poniendo en peligro a la Rosa (la Tierra). Aunque las tres primeras partes, “Un destello en el cielo”, “Un mundo demasiado próximo” y “La ciudad sin límites”, han sido publicadas en España por la extinta La Factoría de Ideas, esta sigue inédita, lo que imagino resultará muy frustrante para muchos lectores.
Tras derrotar a los tarigs, Titus Quinn es el regente del Omniverso, pero aún tiene que hacer frente a grandes dilemas. Por un lado, si salva el Omniverso, donde vive con su amada Anzi, la Rosa perecerá, y allí ha dejado a familiares y amigos; y si salva a la Rosa, el Omniverso morirá. Y por otro, su hija Sydney, que ahora se hace llamar Sen Ni, se ha aliado con un navitar para derrocarlo.
“Prince of Storms” continúa con el estilo de sus antecesoras, aunque en esta ocasión la Tierra apenas aparece y Kay Kenyon se centra en el Omniverso, por lo tanto, es mucho más fantasía que ciencia ficción. La autora vuelve a demostrar que es muy buena complicando las cosas, con personajes que buscan alianzas y se guardan ases en la manga, y subiendo la tensión con peligros y riesgos cada vez mayores.
Ahora que los tarigs han sido vencidos y el motor que alimentaba el Omniverso —pero destruía el universo de la Tierra— está apagado, Titus necesita la ayuda de otros seres, los jinda ceb, que son los únicos capaces de crear una tecnología que pueda sustentar el Omniverso, y necesita que se pongan de su lado en el caso de una hipotética guerra contra tarigs rebeldes o su propia hija. Pero los jinda ceb quieren mantenerse neutrales, aunque el Omniverso pueda desaparecer. Anzi, que ha envejecido mucho por pasar un tiempo con esos seres en otra dimensión, se preocupa porque tal vez Titus ya no la quiera. Y además, Johanna, la antigua mujer de Titus, en un giro que me encanta, resulta que está viva.
Su hija Sydney no quiere saber nada de la Rosa ni de su padre, porque la abandonó, y por eso se enfrenta a él, y para asegurarse de que el Omniverso no se destruya. Sydney se ha unido a un navitar que puede manipular el futuro de los personajes a su gusto, y es muy peligroso porque está loco.
Con todos esos elementos la tensión se dispara y te hace leer deprisa, pero cómo resuelve los conflictos Kenyon es decepcionante, más teniendo en cuenta lo trepidante que era la tercera parte, que posiblemente sea la mejor de toda la serie. Con la resurrección de Johanna no hace nada, el conflicto entre padre e hija comienza a resolverse cuando Sydney se percata de que el peligro es el navitar loco y no su padre, el clímax es poco espectacular, y la solución sobre la supervivencia del Omniverso o de la Rosa es demasiado fácil.
Sabes si alguna editorial sacará la cuarta parte en español?
Hola Manuel. Que yo sepa no, y es una pena.