Private Midnight [4]
NOVELA
Private Midnight
Private Midnight
(EE.UU., 2009, 336 páginas)
Kris Saknussemm
Conocí a Kris Saknussemm hace un par de meses en un artículo de “The Writer”, la revista para escritores más antigua del mundo, en el que explicaba que el consejo de “escribe sobre lo que conoces” era muy malo. Según él, si todos hiciéramos eso, no sólo no existiría la ciencia ficción o la fantasía, sino que además estaríamos dejando aparte la herramienta más importante de un escritor: la imaginación. Saknussemm es además de escritor, escultor y pintor, y me gustó tanto su artículo que decidí leerme alguna de sus novelas. “Private Midnight”, su segundo libro tenía mejores críticas que “Zanesville”, así que me decidí por él.
El novelista Stephen Graham Jones dice de “Private Midnight”, “imagina que Raymond Chandler escribiese ‘El lobo estepario’”; y “Publishers Weekly” en su crítica “James Ellroy se encuentra con David Lynch en esta aditiva mezcla de novela negra y terror supernatural de Saknussemm”. Viendo esto, “Private Midnight” tenía que ser mía. En la solapa interior la describen como “un cuento de hadas y novela negra psicoerótico”. Es una descripción perfecta. Yo añadiría que hay partes que recuerdan a un Fellini pasado de rosca, en el sentido de que a veces no se sabe muy bien qué es realidad y qué son imaginaciones. Algún día entenderé por qué la gente dice que leo libros raros.
Birch Ritter es un detective con un pasado lleno de secretos que investiga dos suicidios muy extraños. Un día, un compañero le entrega una tarjeta de visita que le conduce a Genevieve, una misteriosa mujer por la que en seguida se obsesiona. Investigando las muertes, llega a la conclusión de que ambas están relacionadas y que Genevieve tiene algo que ver con ellas; pero cada vez que la visita, suceden cosas más y más raras en la vida de Ritter.
La novela está narrada en primera persona y el protagonista es muy irónico y tiene una voz genial; muchas veces te desternillas por sus descripciones o las comparaciones que hace. La parte de novela negra es la que mejor funciona, aunque tienes que hacer un esfuerzo por creerte que Ritter no vaya en seguida a ver al compañero que le ha puesto en contacto con Genevieve, y la pasión que siente por ella es un poco forzada. Las primeras visitas a Genevieve son muy imaginativas; más tarde se le van de las manos. A lo largo de la novela también hay escenas divertidísimas que me hacían reír a carcajadas, como cuando Ritter se confunde de baño; una conversación con un fabricante de bombones; o una escena muy poco políticamente correcta de una fiesta de Halloween en un bar gay, donde encuentra al mayor homófobo de su comisaría.
Lo malo es que en cuanto va cambiando de género, va perdiendo fuerza, y en la parte central no sabes qué quiere contar con esa novela y hay momentos muy aburridos (el peor es una conversación en la biblioteca, en la que es muy fácil perder el hilo de lo que dicen; y los traumas de Ritter, que primero se insinúan, pero que el lector entiende completamente, se explican con todo detalle en una escena con un psicólogo). Al final Saknussemm enlaza todo, pero no funciona: el libro promete ser algo al principio, y muta a algo completamente distinto. En mi caso, Saknussemm rompió el pacto conmigo, el lector, al no dar pistas desde el principio de que eso tenía elementos sobrenaturales.
Desde luego, él no tiene problemas para utilizar su imaginación. Lo que le falta es contención y saber qué quiere contar. Una decepción.
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