PROYECTO NOVELA. 23- PLANTANDO LOS ELEMENTOS DE LA TRAMA

Retrato de Nostradamus por su hijo Cesar
Nostradamus

He aquí la cruda realidad: la literatura aparte de
un arte, es un negocio.

   Tu
principal prioridad como escritor es escribir la ficción que a ti te gusta de
la mejor forma que sabes. Siempre. Pero también tienes que tener en cuenta el
aspecto comercial de la literatura, porque si no lo haces, no vas a llegar muy
lejos.
   Ahora
mismo el mundo editorial está en un momento de cambio, y hay que estar atento a
lo que sucede. Voy a ponerme mi gorro de Nostradamus y hacer una predicción de
futuro:
   Gracias a
internet, la relación entre los lectores y los escritores será más cercana que
nunca. Y con los libros digitales, los autores podrán dar libros gratis para
promocionarse, o autopublicarse obras y venderlas por muy poco dinero. Pero
para que un escritor se consolide, tendrá que publicar novelas con editoriales.
   ¿Cómo he llegado a esta predicción?
   Observando
lo que hacen varios escritores.
   Holly Lisle se autopublica libros de técnica; ofrece gratis varias de sus primeras
novelas, de las que le han revertido los derechos; vende autopublicada otra de
la que ha recuperado los derechos; y está a punto de autopublicarse una colección
de cuentos para Kindle. Y sigue publicando novelas con editoriales. (Nota de agosto de 2011: Holly Lisle ha dejado las editoriales y va ir por libre. Si quieres saltarte las editoriales, estudia lo que hace Lisle.)
   James Scott Bell, que normalmente publica novelas con editoriales, acaba de
autopublicarse en Kindle una colección de novelas cortas (a una editorial no le
sería rentable) y un libro de técnica. Ya tiene publicados tres libros de
escritura con “Writer’s Digest”, pero este cuarto se lo autopublica para Kindle.
   Jeri Smith-Ready, para promocionar su serie “Aspects of Crow”, regala en Kindle, con
consentimiento de la editorial, la novela corta “The Wild’s Call”. Y de julio a
diciembre de 2011 escribirá en su página web una novela corta por entregas,
“Let it Bleed”, para promocionar su serie “WVMP Radio” (la primera parte es
Wicked Game”, y a mí me encanta); y en 2012 creará de esa novela corta un
libro digital con contenidos extras.
   Kay Kenyon
da gratis en Kindle, con consentimiento de la editorial, “Un destello en el cielo”, la primera parte de su tetralogía de “El Omniverso y la Rosa”, para que
si te gusta, te compres el resto. Esta novela también me encanta.
   Varios
Kindles de David Morrell están editados por una tal Morrell Entreprises Inc.
Parece que Morrell ha conseguido los derechos digitales de sus novelas y se las
autopublica, incluso cuando varias de las obras siguen en circulación en
ediciones en papel. Su última novela, “The Naked Edge” sólo está disponible en
Kindle o como libro de audio.
   Charles Stross colgó gratis en su página web, con consentimiento de la editorial, durante
un tiempo limitado en 2010 “Palimpsests”, una novela corta nominada al Hugo.
   Neil Gaiman en 2008, también con consentimiento de la editorial, colgó en su página
web durante un mes “American Gods”, para celebrar el 7º aniversario de su blog.
Gaiman reconoció que después de hacerlo, se dispararon las ventas de la novela.
   El caso de
Gaiman es un poco especial. Lo hizo hace tres años, cuando los e-readers y las
tabletas no eran tan populares, y él es una estrella de la literatura que ha
vendido millones de ejemplares y tiene muchísimos fans y se puede permitir
regalar un best-seller.
   Lo que
tienen en común todos estos autores es que llevan mucho tiempo escribiendo
profesionalmente, tienen varias novelas publicadas con editoriales, y tanto las
obras que regalan como las que se autopublican están protegidas con copyright.
   Si quieres
ganarte la vida escribiendo, asimila que necesitas el copyright. Los derechos
te los puedes gestionar tú mismo, con empresas como Safe Creative, que es donde
registro mi rincón, pero el copyright es indispensable. Sin él, pierdes todo
poder sobre tu obra en cuanto sale a la luz. Sin él, no tienes nada.
   Me he dado
cuenta que últimamente adquiero muchísimos pdfs o Kindles. Así que, a pesar de
lo que dije el pasado otoño, me he comprado un lector Kindle de Amazon. Iré
contando cómo es la experiencia (sólo llevo dos semanas, pero dudo que ni
siquiera a largo plazo deje de leer en papel, que la sensación no es la misma).
   En el
futuro los escritores seguirán necesitando las editoriales, porque es la única
manera de llegar al gran público. Pondré de ejemplo mi comportamiento con la
música. Yo no soy nada melómano, y lo único que escucho son los grandes éxitos
de Spotify. No tengo ni idea de cantantes ni de grupos independientes, y no me
apetece ponerme a buscarlos.
   Si vas sin
editorial, y sólo utilizas internet para promocionarte y vender tus libros, tendrás
un grupo muy reducido de lectores. Si quieres que gente a la que le gusta leer,
pero no es bibliófila, te descubra, necesitas una editorial. Además, la
editorial te corrige la obra y te promociona, y encima te paga por hacerlo.
   Eso sí, a
la hora de firmar contratos, tendrás que mirar con lupa qué pasa con los derechos
de autor de tus obras, no vaya a ser que se los vendas a la editorial hasta el
Día del Juicio Final.
   El tiempo
dirá si acerté con mi predicción. Mi consejo es que estés atento a qué pasa en
Estados Unidos, que tarde o temprano llegará un modelo parecido a España.
   Pero ante
todo, esfuérzate por escribir lo mejor posible.
EL RIFLE DE CHÉJOV
Para que una historia funcione, y las cosas no
queden forzadas, tienes que dar pistas con antelación y plantar elementos. Hay una
cita muy famosa de Antón Chéjov al respecto:
Antón Chéjov
Antón Chéjov

“Si dices
en el primer capítulo que hay un rifle colgado en la pared, en el segundo o
tercer capítulo sin duda se tiene que disparar. Si no se va a disparar, no
debería estar colgado allí.”

La cita
está muy bien, pero puede ser un poco confusa. Porque, ¿si pones una maceta al
principio, más tarde qué, da florecillas? Hay muchos elementos que vas a poner
simplemente para crear un mundo más real o para caracterizar a los personajes.
   Pero hay
elementos importantísimos que tienes que poner con antelación para que la
historia sea creíble. Volvamos a “Avatar” para ver cómo plantó algunos
elementos James Cameron.
   Para
justificar que Jake Sully, que es un marine que no tiene ni idea de ciencia,
acabe en Pandora, Cameron se creó que tuviera un hermano gemelo científico, en
el que el Gobierno había invertido millones de dólares en el programa Avatar, y
que murió en un atraco. El hermano gemelo sólo aparece nombrado, pero es
indispensable para que nos creamos que Jake se meta en esa misión. Cameron
también nos muestra que Jake está de vuelta de todo, y decide ir a Pandora
porque no tiene nada que perder (en la versión más larga de la película se ve
mejor).
   Más
adelante, cuando Jake ya puede volar con un dragón, un día le ataca uno muy
grande, el toruk. Neytiri le cuenta que sólo los grandes jefes lo han podido
montar. Mucho más adelante, cuando los marines han derribado Árbol Madre y los
na’vi no confían en Jake; para volver a ganarse su confianza, sabiendo ese dato,
Jake decide domar un toruk y presentarse ante el clan. Si el espectador no
conociera esa información, no se entendería por qué vuelven a confiar en él.
   Cuando los
marines hieren mortalmente a la científico Grace Augustine y los na’vi celebran
una ceremonia en el Árbol de las Almas para intentar que su alma humana pase al
avatar, Cameron está plantando el final, cuando Jake se convierte en na’vi. Sin
esa escena no se entendería el final. Para ser sincero, la muerte de Grace me
parece que tiene mucha emoción, pero se ve a la legua que sirve para resolver
el dilema de Jake de ser humano o na’vi.
   Plantar
elementos también sirve para preparar momentos. El caso más obvio es cuando le
dices al lector que va a pasar algo importante, y entonces cumples con la
promesa, pero es mucho mejor de lo que el lector se esperaba. Ya conoces este
tipo: los protagonistas planean asaltar un banco, muestras los preparativos y
lo peligroso que es, y entonces llega el gran asalto. En “Avatar” sucede con el
ataque a Árbol Madre y con la gran batalla final, que son acontecimientos muy
bien preparados.
   También
tienes que preparar momentos de forma más sutil. En “Vértigo”, de Alfred
Hichtcock, James Stewart sufre al principio un ataque de vértigo que provoca que
no pueda salvar a su compañero. Ese incidente da pie a que comience la trama,
pero al final Hitchcock vuelve a utilizar la fobia del protagonista en la
secuencia del campanario. Inconscientemente el espectador, al ascender Stewart
las escaleras, piensa en el comienzo de la película y cómo el vértigo le puede
volver a jugar una mala pasada. Ese momento también está muy bien preparado.
   Veamos un
ejemplo de lo contrario, de un momento que no está preparado y que si funciona
es gracias a unos actores portentosos. En “El discurso del rey”, de Tom Hooper,
hay una escena la que Lionel está en casa con su cliente, el rey de
Inglaterra, enseñándole a no tartamudear. En el comedor espera la reina. De
repente, la mujer de Lionel vuelve a casa antes de tiempo, y éste se pone muy
nervioso. El rey le pregunta qué le pasa, y Lionel le confiesa que su mujer no
sabe quién es su cliente. A continuación viene un momento muy tierno en el que
la mujer no se puede creer qué huéspedes tiene en casa.
   Este
momento podía haber tenido muchísima más emoción, simplemente plantando con
anterioridad una escena en la que la mujer de Lionel le preguntara quién era su
cliente, y Lionel por algún motivo no se atreviera a decírselo. Habría que
explicar por qué no se atrevía a decírselo. Entonces, cuando Lionel se pusiera
nervioso por la llegada de su mujer antes de tiempo, el espectador también se
pondría nervioso.
   A medida
que escribes, o desarrollas, un relato, te das cuenta de que tienes que haber
plantado elementos con anterioridad. En mi novela uno de los personajes tiene
que ser muy atlético al final, así que en la revisión pondré al principio,
posiblemente en un diálogo, que practica capoeira (le pega mucho que haga eso).
   A veces
pasa lo contrario, y sin darte cuenta has plantado elementos que utilizarás más
adelante. Al principio de mi novela presenté a dos personajes muy secundarios,
y para que no fueran meros monigotes, les di rasgos de personalidad y
profesiones. Meses más tarde me percaté de que esos personajes, siendo como son,
me venían muy bien para hacer avanzar la trama en la parte final de la novela.
   En otras
ocasiones hace falta que hayan pasado determinadas acciones para llegar a un
punto concreto, y tienes que mostrarlo. En la parte final de mi novela, varias
acciones se desarrollan al mismo tiempo, y estoy yendo hacia delante y hacia
atrás para que todo encaje. Si veo que falta algo, retrocedo unas páginas y
escribo las escenas necesarias para llegar allí.
   En cierto
sentido, escribir ficción es como hacer encaje de bolillos. Piensa qué
elementos hacen falta para que la trama avance bien y los personajes sean
creíbles y plántalos. Y los momentos importantes, prepáralos.
EL LATINAJO MALDITO
Busto de Eurípides
Eurípides

Cuando plantes los elementos, tienes que ser muy
sutil. Por una parte, no tienes que darle demasiadas pistas al lector, para que
no sepa cómo se van a resolver los conflictos antes de tiempo; y por otra, los
elementos tienen que estar plantados para que la resolución no quede como una
trampa, o lo que es peor, como el temible deus ex machina.

   Deus ex
machina
viene del teatro griego y
significa “dios surgido de la máquina”. Los dramaturgos complicaban tanto las
tramas que la única salida era recurrir a un dios. Cuando todo parecía perdido,
con una grúa (la máquina), el actor que interpretaba a un dios bajaba al
escenario y salvaba a los protagonistas. Eurípides era muy dado a él.
   La versión
actual es cuando el autor se saca de la manga cosas para solucionar los
conflictos: al protagonista le toca la lotería y puede salvar su casa; aparece
de la nada un personaje para dar una información importantísima para resolver
un misterio; la heroína, que hasta entonces era muy débil, resulta que es
cinturón negro de kárate y da un palizón al gran villano. Ya conoces el deus
ex machina
, son esas soluciones que cuando las ves en películas o  novelas te hacen crujir los dientes y te
sacan de la historia porque no te las crees.
   El deus
ex machina
es tu enemigo. Si tienes que elegir entre ser muy obvio y este
latinajo, elige lo primero. Seguro que en la revisión se te ocurren soluciones
mejores; y si no, pues sé obvio.
   Deus ex
machina
no es sinónimo de
sorpresa. Una sorpresa consiste en plantar elementos que parecen que van en una
dirección y después das una información que provoca un giro de 180º, pero todo
encaja. Es un poco como hacer de mago: mira esta mano y así no ves qué hago con
la otra. Si no encaja, es que no has sido honrado con el lector, has hecho
trampas. Si sabes hacerlo bien, no está mal que te guardes alguna sorpresa a lo
largo de la narración.
   Con lo que
tienes que tener mucho cuidado es con los finales sorpresa, que si funcionan
son maravillosos, pero si no, pierdes toda credibilidad como autor. Si una
sorpresa a mitad de la narración falla, puede que te libres si tienes elementos
que lo compensen, y todavía tienes historia por delante para resarcirte; pero
un final sorpresa fallido te destroza todo lo anterior. Es jugarte todo a una
única carta.
   O. Henry
era muy famoso por estos finales, estudia sus cuentos. Haz lo mismo con los
relatos para adultos de Roald Dahl. Analiza cómo se da la información en
“Psicosis”, de Alfred Hitchcock; “La conversación”, de Francis Ford Coppola, o
“Sospechosos habituales”, de Bryan Singer. Y para una sorpresa a mitad de la
narración, ve “Juego de lágrimas”, de Neil Jordan.
Recomendaciones:
   -“Plot
& Structure
”, de James Scott Bell. Scott Bell demuestra que es posible
aprender a escribir ficción, da claves para que las tramas funcionen, y revisa
distintas estructuras. Muy bueno.
   Consíguelo en Amazon.es o en Iberlibro.com   -Las
entrevistas de “The Paris Review”.
Los de “The Paris Review” se han vuelto locos y han abierto el archivo de
entrevistas a escritores. Yo pagaría gustoso por acceder a ese archivo. Hay que
aprovechar hasta que recuperen la cordura. Aquí encontrarás entrevistas a
autores como Margaret Atwood, Paul Auster, Henreich Böll, Jorge Luis Borges,
Ray Bradbury, James M. Cain, Julio Cortázar, Isak Dinesen, William Faulkner,
E.M. Foster, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Nadine Gordimer, Günter
Grass, Graham Greene, Ernest Hemingway, Aldous Huxley, Jack Kerouac, Stephen
King, Milan Kundera, John le Carré, Doris Lessing, Mario Vargas Llosa, Javier
Marías, Ian McEwan, Henry Miller, Toni Morrison, Vladimir Nabokov, José
Saramago, Georges Simenon, Susan Sontag, John Steinbeck, Kurt Vonnegut, o
Evelyn Waugh. Y estos son sólo unos pocos.


Siguiente artículo: 24- El arco narrativo de los personajes
Anterior artículo: 22- Por qué debes dominar la estructura de los tres actos

4 comentarios
  1. Lisa
    Lisa Dice:

    Me parecen muy recomendables tus anális sobre la escritura, que ganas tengo de leer tu novela.
    ¿Que deporte es la "capoeira"?

    Responder
  2. admin
    admin Dice:

    La capoeira es una especie de arte marcial y danza brasileña, de origen africano. Si practicas capoeira, te aseguro que estás en forma. Es muy vistosa, busca en YouTube algún vídeo. Y luego no lo intentes en casa.

    Responder

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