Siempre digo que si quieres escribir, sienta el culo en una silla y ponte a ello. Ahora digo que mientras no escribas, mueve el culo.
No hablo de preparase para las siguiente Olimpiadas o de lucir palmito; hablo de estar mínimamente en forma y de hacer todos los días algo de ejercicio, que tu energía se va disparar. Mi experiencia es que con el ejercicio se crean dos espirales: cuanto más activo estás, más energía y más ganas de hacer cosas tienes; y cuando menos ejercicio haces, más aletargado estás y te da pereza hacer cualquier cosa.
Los años que viví en Madrid y en Londres me mantenía en forma simplemente caminando. Estaba muy activo, y todos los días iba a algún sitio. Pero cuando regresé a Santander, caminaba menos que un hombre sin piernas. En muy pocos meses me eché tantos kilos encima que la gente me confundía con Mr. Potato. Tras unos instantes de duda, me reconocían porque yo no tengo bigote.
Sé que con la vida que llevo en Santander, y el trabajo tan sedentario que tengo, no voy a caminar mucho, así que me he hecho un plan de ejercicios. Todas las mañanas me pongo a hacer unos quince minutos de ejercicios con mancuernas y abdominales. Como me aburro, entre ejercicio y ejercicio me pongo a bailar o a jugar con mis perros, que también quema calorías. Y después llega mi parte favorita: 30 minutos de bicicleta estática. Me encanta porque mientras pedaleo estoy leyendo.
Bueno chicos, ha llegado la hora de ir acabando estos artículo. Quiero despedirme con un resumen de lo que han sido estos tres años, para que de un vistazo sepáis qué es necesario para ser escritor. Un problema de muchos aspirantes a escritor es que saben que quieren ser escritores, pero no qué necesitan saber, y gastan muchísima energía y trabajo en cosas que tienen poco o nada que ver con la escritura. Si sabes qué es lo realmente necesario, llegas mucho antes a tu meta.
En la primera sección hablo de los ocho pilares de la escritura, que son fundamentales que dominéis. Si falla alguno, no hay nada que hacer; así de sencillo. Como veréis, el talento no aparece por ninguna parte.
En la segunda doy recomendaciones para llevar una vida de escritor y no morir en el intento. Y en la tercera pongo una lista de los libros y cursos de escritura que más me han ayudado, separados por temas. Si veis que se os atraganta alguna faceta de la escritura, ahí tenéis la solución.
Empezamos.
LOS 8 PILARES FUNDAMENTALES DE LA ESCRITURA
1— Aprende las técnicas narrativas. Es indispensable que aprendas a contar historias con palabras escritas, y éstas tienen sus reglas.
2— Lee y analiza toda la ficción que puedas con los ojos de un escritor.
3— Escribe tu propia ficción.
El primer punto llegará un momento que podrás abandonarlo porque has interiorizado las técnicas y te salen solas. El segundo y el tercero los sigues practicando durante toda tu vida.
4— Aprende a ser paciente. Que salga tu propia voz lleva tiempo; las buenas ideas necesitan tiempo para macerar; escribir una novela publicable lleva tiempo; encontrar una editorial decente lleva tiempo; que tu público te encuentre lleva tiempo; mantener ese público te lleva toda la vida. Quien diga lo contrario, miente. 5— Aprende a ser constante. Las metas se logran dando un paso tras otro día tras día. Que tu lema sea «Sin prisa, pero sin pausa», y trabaja todos los días en tu carrera literaria, no sólo cuando te apetezca.
6— Aprende a ser perseverante. Si no eres capaz de escribir un cuento decente, persevera y escribe un cuento tras otro hasta que uno esté bien. Lo mismo con las novelas, o cuando estés buscando agente o editorial y solo recibas rechazos. Cuando te tumben, levántate y continúa caminando en la dirección de tus sueños. Abandonando nadie consiguió nunca nada.
Digo que estos tres puntos hay que aprenderlos porque se nos inculca desde pequeños a tener prisa para todo, a no ser constantes, y a frustrarnos al primer revés y abandonar. Si quieres ser escritor, tienes que aprender a retrasar la gratificación y a motivarte a ti mismo: lo que comienzas hoy, si no abandonas, dará sus frutos a medio y largo plazo; y lo haces porque tú quieres, no porque nadie te lo haya dicho. 7— Conócete a ti mismo. Para que salga tu propia voz, tienes que conocerte a ti mismo. Por intrascendente que sea tu ficción, vas a dar tu punto de vista de muchos temas, y tienes que tener claro qué piensas de ellos para que la ficción sea coherente. Una vez que sepas cómo eres realmente, sabrás reconocer sin problemas qué ideas quieres desarrollar, qué temas quieres tratar en tu ficción, y en qué géneros te sientes cómodo. Entonces todo es mucho más fácil.
8—Tómatelo como un profesional. Por algún motivo que se me escapa, cuando dices que eres escritor la gente se piensa que llevas una boina ladeada en la cabeza, fumas cigarrillos mentolados en boquilla o porros, bebes absenta hasta querer cortarte una oreja, y tienes una vida sexual más intensa que Cicciolina.
No me refiero a eso, porque no sé qué tiene que ver con escribir, cuando digo que tienes que tomártelo como un profesional.
Tampoco me refiero a que dejes tu trabajo el día que decidas ser escritor. A menos que tú, o tu pareja, seas rico, no lo recomiendo. Desde el día que te pones a escribir hasta que comienzas a ganar un poco de dinero, pasan años; y desde que comienzas a ganar un poco de dinero hasta que puedes vivir de ello, pasan unos cuantos años más.
Claro que siempre queda la opción de ligarse a un rico.
La mayoría de nosotros comenzamos a escribir porque nos encanta leer novelas y cuentos, y queremos intentarlo. Esa es la forma correcta de empezar, probar a ver si nos gusta; pero en cuanto sepas que quieres dedicarte a esto, ¡tómatelo como un trabajo! Mucho antes de tener nada publicado, cumple a rajatabla tu plan de trabajo, que puede ser una cuota de palabras al día o un determinado periodo de tiempo escribiendo. Ese tiempo es sagrado. Si alguien te propone ir a tomar un café o a dar un paseo, di que no, que estás trabajando. Si alguien te dice que estás trabajando en tu hobbie, corrígele y dice que no, que estás trabajando en tu trabajo. Y si alguien te pregunta qué eres, di la verdad: eres un escritor.
Si te tomas la escritura como un hobbie, siempre será un hobbie y nunca un trabajo.
CÓMO SER ESCRITOR Y NO MORIR EN EL INTENTO (I)
1—Aprende inteligencia emocional. Mi definición de inteligencia emocional es: «Saber reconocer los sentimientos propios para ser feliz, y los ajenos para mejorar la convivencia de todos».

Al reconocer tus sentimientos y los de los otros, no sólo serás capaz de leer mejor a las personas y crear personajes más reales, que eso es muy importante para un escritor, sino que tendrás una vida mucho más relajada. Ser amable y respetar a todo el mundo no cuesta nada. Si no humillas a la gente cuando comete errores o expresa su opinión, tú dejarás de tener miedo a meter la pata o a decir lo que realmente piensas; además, la gente se acordará de ti cuanto tengan algo que te pueda beneficiar, y te echará una mano cuando estés en apuros.
Yo hasta que no cumplí 30 años, no sabía que existía la inteligencia emocional. Mi vida es mucho mejor desde entonces.
Cuatro libros muy buenos para empezar son «Inteligencia emocional» («Emotional Intelligence»), de Daniel Goleman; «Cómo ganar amigos e influir en las personas» («How to Win Friends and Influence People»), de Dale Carnegie; «La ciencia de la felicidad» («The How of Happiness»), de Sonja Lyubomirsky; y «The Complete Idiot’s Guide to Enhancing Your Social IQ», de Gregory P. Korgeski.
Utilizar la inteligencia emocional no significa que tengas que ser un lameculos o poner la otra mejilla cuando te golpeen. Para eso está la asertividad.
2—Aprende a ser asertivo. Ser asertivo significa reconocer cuáles son tus límites y asegurarte, siendo educado y utilizando el sentido común, de que nadie te los pisa. Tienes que aprender a decir «No» y a decir lo que realmente quieres o piensas, sin tener que estar creándote compromisos o diciendo medias verdades.
Durante demasiado tiempo yo no fui asertivo. El resultado no se lo recomiendo a nadie: te sientes infravalorado, la gente te toma por sentado y decide por ti; tú te quemas y te quemas hasta que un día estallas.
Tres libros muy buenos son «Cuando digo no, me siento culpable» («When I Say No, I Feel Guilty»), de Manuel J. Smith, «Con todo tu derecho» («Your Perfect Right»), de Robert Alberti y Michael Emmons, y «The Assertiveness Workbook», de Randy J. Paterson.
3—Ten buenos niveles de seguridad en ti mismo y autoestima. Tener buena autoestima o estar seguro de uno mismo no significa ser prepotente y agresivo, significa que confías en ti mismo y que vas a luchar, cueste lo que cueste, para alcanzar tus sueños sin machacar a nadie. Si quieres tener una carrera de escritor, constantemente vas a tener que arriesgarte y salir de tu zona de seguridad, y para eso tienes que perderle el miedo al fracaso. Lo pierdes cuando confías lo suficiente en ti mismo como para saber que pase lo que pase, vas a salir adelante.
Mucha gente con bajo nivel de autoestima no sabe que la tiene tan baja porque desconoce los síntomas, y porque en esta sociedad está visto como señal de debilidad reconocer que hay situaciones que te angustian o te limitan, y la gente prefiere mentirse a sí misma antes que asumir la verdad. Si quieres elevar tu autoestima, el primer paso es reconocer que la tienes mal, y después comienzas a dar pasos para mejorarla.
Si eres excesivamente perfeccionista, muy procrastinador, te hundes con las críticas negativas, no te atreves a decir cuáles son tus puntos fuertes o tus gustos personales, te sientes incómodo cuando alguien te alaba, te aterroriza el qué dirán, o sientes ansiedad ante el cambio o las situaciones nuevas, puede que tengas algún problema de autoestima. Hasta hace cuatro años, yo tenía todos los síntomas; y es que mi autoestima estaba llegando al núcleo terrestre, sin yo saberlo.
A mí me ayudó mucho el libro «Cómo mejorar su autoestima» («How to Raise Your Self-Esteem»), de Nathaniel Branden, y los CDs «Maximum Confidence», de Jack Canfield. Tanto Branden como Canfield están especializados en autoestima, y gracias a ellos pude reconocer qué pensamientos me frenaban, y de dónde venían, y cómo cambiarlos por pensamientos positivos. De Branden me encanta el concepto de vivir conscientemente, y de Canfield lo de que todos somos personas competentes y dignas de amor y la teoría de las fichas de póker (cuantas más fichas de póker tienes en una partida, más te arriesgas; del mismo modo, cuanta más seguridad tienes en ti mismo, más te arriesgas en la vida).
Ten en cuenta que estos tres puntos, actuar con inteligencia emocional, ser asertivo y tener buenos niveles de seguridad y autoestima, son procesos que llevan tiempo dominar. Es como aprender a escribir; comienzas hoy, y poco a poco verás cómo cambia tu vida.
Acabamos en el siguiente artículo.
Recomendaciones:
—«
Word Painting. A Guide to Writing More Descriptively«, de Rebecca McClanahan. Este libro solo tiene un fallo, y es su título. Parece que es una guía para aprender a escribir florido-pedantón, y realmente es un gran libro sobre descripción. McClanahan cubre todo: cómo influye el punto de vista en la descripción, el uso de los cinco sentidos, el uso de la metáforas y las comparaciones, las descripciones de lugares, la cantidad de descripción necesaria que te dicta la historia… Si tenéis algún problema describiendo, haceos con este libro.
—«El camino del artista» («The Artist’s Way»), de Julia Cameron. Un curso de creatividad y espiritualidad en un único volumen. Incluso si no queréis saber nada de espiritualidad, os recomiendo este libro; leéis por encima los párrafos en los que habla de Dios y prestáis atención al resto. Cameron da un sistema para conocerte a ti mismo, y repasa todo lo necesario para ser artista. Un gran libro.
Consíguelo en Amazon.es o en Iberlibro.com
Sobre inteligencia emocional:
—«Inteligencia emocional» («Emotional Intelligence»), de Daniel Goleman.
Consíguelo en Amazon.es o en Iberlibro.com
—«Cómo ganar amigos e influir sobre las personas» («How to Win Friends and Influence People»), de Dale Carnegie.
Consíguelo en Amazon.es o en Iberlibro.com
—«La ciencia de la felicidad» («The How of Happiness»), de Sonja Lyubomirsky.
Consíguelo en Amazon.es o en Iberlibro.com
—«The Complete Idiot’s Guide to Enhancing Your Social IQ«, de Gregory P. Korgeski.
Consíguelo en Amazon.es o en Iberlibro.com
Sobre asertividad:
—«Cuando digo no, me siento culpable» («When I Say No, I Feel Guilty»), de Manuel J. Smith
Consíguelo en
Amazon.es o en
Iberlibro.com
—«
Con todo tu derecho» («Your Perfect Right»), de Robert Alberti y Michael Emmons
Consíguelo en
Amazon.es o en Iberlibro.com
—«
The Assertiveness Workbook«, de Randy J. Paterson.
Consíguelo en
Amazon.es o en
Iberlibro.com Sobre autoestima:
—«Cómo mejorar su autoestima» («How to Raise Your Self-Esteem»), de Nathaniel Branden.
Los anillos olímpicos están en el dominio público en la Unión Europea y paises con copyright de 70 años o menos tras la muerte del autor.
Buenas Carlos,
Un artículo excelente, como viene siendo habitual. Me encanta como repasas las claves para ser escritor y, bueno, me he sentido plenamente identificado con determinados síntomas que comentas. Coincido contigo que hay que cultivar todos esos aspectos, tanto si eres escritor como no. Hablar de inteligencia emocional, como ya hemos comentado alguna vez, está mal visto en esta sociedad de machos ibéricos y demás.
Un saludo Carlos. Estoy ansioso por leer la siguiente entrada. De esta ya he apuntado algún que otro libro para leer.
Muchas gracias Ivan. Sí, yo hasta que no me di cuenta de que existía la inteligencia emocional, pues era como que algo me faltaba en la vida y no sabía qué era (y claro, tenía unos cambios de humor tremendos y me costaba muchísimo abrirme a las personas, y no sabía cómo hacía la gente para ser sociable. Ahora me sorprende que pudiera tener amigos. Son unos santos, son unos santos).
La verdad es que ahora me doy cuenta de que me ha venido muy bien tener todo tan mal para ser escritor, porque lo he superado y sé explicar qué hice. Y me siento tan bien, y sé que se puede lograr, que espero ayudar a otros que estén como estaba yo no hace tanto tiempo.
Todos esos libros son geniales, aunque algunos (los de asertividad y autoestima) te hacen mucho daño porque sacan a relucir heridas a medio cerrar. Pero es necesario pasar por ahí. Reconoces y cierras las heridas, perdonas a la gente que no sabía que te estaba haciendo daño, y sigues con tu vida.
¿Qué tal llevas los cuentos? ¿Para cuándo otro intento de novela?
Gracias, muchas gracias por tus artículos Carlos. De tiempo en tiempo tengo ganas de escribir una novela y no me veo capaz y termino haciendo cuentos. Por lo menos, los termino. Pero sigue pendiente el hacer una novela.
A veces para buscarme el impulso que me haga escribir releo los consejos de Stephen King en su "Mientras escribo", ahora será tu blog el que también vea.
Neil Gaiman cuando promocionaba unos teléfonos blackberry decía que sólo nosotros tenemos la mirada propia del mundo y que había que darla a conocer (Hay una entrevista, sin publicidad mediante, donde repite lo mismo).
A veces me pregunto cuál será mi mirada que debe estar influida por mis inicios en la lectura con montones de cuentos y novelas policiales para, en mi adolescencia, caer rendido a cuentos de Poe… con King comprendí que los monstruos (para citar algo) eran sólo un enganche para contar otras historias… así como la isla en "Lost" sólo era el gancho para contarnos el drama de los personajes.
Creo que empiezo a divagar y mejor me despido.
Nuevamente, gracias por compartir tu experiencia y conocimientos.
-Víctor R.
¡Muchas gracias por tu comentario, Víctor! Por lo que me cuentas, lo estás haciendo muy bien: estás escribiendo (y acabando) cuentos. Sigue así, y cuando veas que tienes una idea de la que te enamoras, e intuyes que te dará para una novela, ¡escribela! Espero verte por aquí. Cuéntame tus progresos, que me hará ilusión conocerlos.
En enero me escribió Salvador Medela (https://www.elrincondecarlosdelrio.com/2016/01/un-regalo-muy-especial-memorias-de-la.html) porque gracias a estos artículos había logrado vender 2 novelas a editoriales. Espero que tú también lo hagas.
Un abrazo.