Quemar después de leer [7]

Cartel original de Quemar después de leerBurn After Reading

(EE.UU., Reino Unido, Francia, 2008, 96 min)
Dirección y guión:
Ethan Coen
Joel Coen
Intérpretes:
George Clooney
Frances McDormand
John Malkovich
Tilda Swinton
Brad Pitt

No hace ni un año que los Coen estrenaron su anterior película. La crítica recibió “No es país para viejos” como el regreso de los Coen tras años dando palos de ciego. El film se convirtió en el más taquillero de su carrera y acabó ganando cuatro Oscars: película, director, guión adaptado y actor secundario. Sin embargo, hay quien vio que aunque la oscarizada película no estaba mal, no era lo mejor de sus autores y las estatuillas eran una especie de precio de consolación.
   El film no es lo mejor de sus autores ni de lejos, de hecho no es ni siquiera un trabajo notable. Y no es, desde luego, el regreso de los Coen: “No es país para viejos” es algo mejor que las anteriores (“Crueldad intolerable” y “The Ladykillers”) pero no nos dan lo que solían darnos en los 90.
   Con “Quemar después de leer” sí que lo hacen y éste sí es su regreso después de diez años de películas descafeinadas. Aquí volvemos al terreno de thiller-comedias enrevesadas.
   Si algún defecto tiene la película es que tarda demasiado en arrancar. Durante más de media hora los Coen se dedican a presentar a los protagonistas y la trama apenas se mueve. Una vez vista la película, uno se plantea que igual sí eran necesarios tantos minutos para la presentación, ya que de lo contrario el espectador se perdería.
   Cuando arranca el film (con la llamada de teléfono entre Brad Pitt y John Malkovich), la película es una gozada. Poco a poco la trama se va liando más y más, encadenando escena desternillante tras escena desternillante. Y el guión está tan bien construido que hace que el espectador intuya que ese lío va a acabar muy, muy mal, pero que va a ser muy divertido. Y vaya si lo es.
   Una de las grandes bazas es el reparto, donde los cinco protagonistas (y los secundarios) están perfectos en sus papeles. Destacan sobre todo la borde Tilda Swinton, la obsesionada con la estética Frances McDormand, el asombrado J.K. Simmons y, sorprendentemente, el tonto Brad Pitt.
George Clooney y Frances McDormand en Quemar después de leer
George Clooney y Frances McDormand

La película está llena de diálogos y situaciones coenianos divertidísimos: la discusión sobre si la bici de Pitt es de tal marca o no, las risas estentóreas de McDormand en el cine, la alergia de Clooney, el regalo de éste a su esposa, las nuevas llaves de la casa de Malkovich, la embajada rusa… Pero donde más se luce la película es en determinadas escenas difuminadas por la trama: la ya mencionada llamada de teléfono, el encuentro entre Pitt y Malkovich, la secuencias explicativas en la CIA, el encuentro entre Pitt y Clooney, el trabajo de Swinton…

   Es tan graciosa que se pasa por alto lo que hace arrancar la película (¿cómo llegan las memorias de Malkovich al gimnasio?). Lo dicho, tras una primera media hora algo sosa (aunque no aburrida), y dejando de lado el MacGuffin que desencadena todo, es resto es una película muy, muy divertida.
   No es de las comedias que sólo provocan sonrisas. Esta hace que la audiencia se parta de la risa en varias ocasiones. Pocas veces he oído tantas carcajadas en una sala de cine.
   Es gratificante saber que los Coen todavía pueden darnos grandes películas.
4 comentarios
  1. Anónimo
    Anónimo Dice:

    Me gustó mucho, a pesar de que la primera media hora me estaba arrepintiendo de haber pagado la entrada del cine… pero lo cierto es que luego la película cambia y se hace más amena. Para gustos será el humor, que unos se partirán la caja y otros igual solo sonríen, pero está claro que un rato agradable pasaremos todos.

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  2. admin
    admin Dice:

    A mí me pasó algo muy curioso. Primero fui a verla doblada, y la gente se partía de risa, y yo también. Y después la vi en versión original, y sólo eran sonrisas, y yo también.

    Responder
  3. admin
    admin Dice:

    O con la audiencia. Aunque no lo parezca, influye mucho con qué público ves una película.
    Con las comedias, normalmente los chistes son más graciosos cuando los oyes que cuando los lees.
    Y en mi caso, era la segunda vez que la veía, y ya me sabía los chistes.

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