Ratatouille [8]
(EE.UU, 2007, 111 min)
Dirección:
Brad Bird
Jan Pinkava (co-director)
Guión:
Brad Bird
Jan Pinkava
Jim Capobianco
Intérpretes (v.o.):
Patton Oswalt
Ian Holm
Brian Dennehy
Peter O’Toole
Janeane Garofalo
Parecía que la Pixar estaba cayendo últimamente en una lenta decadencia. Después de la notable “Monstruos S.A.” consiguieron su mejor película con la obra maestra “Buscando a Nemo”, a las que siguieron la interesante “Los Increíbles” y la floja “Cars”. Y del mismo modo que su calidad artística disminuía, también lo hacía la taquilla. Con éste octavo largometraje, la productora vuelve a dar lo mejor de sí misma, pero desgraciadamente será una de sus películas con menor recaudación.
Partiendo de una idea tan poco atrayente como es una rata que quiere ser chef, el resultado es un film muy dinámico, divertido y lleno de ideas brillantes.
Y es que no deja de haber aciertos a lo largo de su metraje. Comenzando con un diseño de personajes que convierte a animales tan repulsivos como las ratas en seres entrañables; pasando por geniales escenas que sólo se pueden conseguir en animación (la huída de la casa de campo, el ascenso del protagonista desde las cloacas a los techos de París, con un plano romantizado y hermoso de la capital gala); continuando con una original relación entre un chico y una rata (que afortunadamente no puede hablar con humanos), y terminando con un final de esos que te hace sentir bien. Y todo bajo el sello de Pixar: las películas mejor animadas de la historia.

Se nota que los responsables de la película saben mucho de cine. De ahí viene la idea de colocar a Rémy en el techo del restaurante Gusteau con el espíritu de éste y así presentarnos a todos los cocineros; o el escondite donde Linguini guarda al roedor, dando lugar a buenos gags visuales. El film también cuenta con personajes secundarios muy bien caracterizados: el bonachón de Gusteau; el malaleche del chef, que luce un sombrero más grande que él; la sargento, por necesidad, Colette Tatou o el amargado crítico culinario Anton Ego, el cual tiene un despacho en forma de ataúd.
Pero ahí no se queda la película. Bajo la forma de film de dibujos animados nos habla de la necesidad de hacer lo que nos gusta, por mucho que nadie nos entienda; de las desigualdades que sufren las mujeres en el mercado laboral; de la imposibilidad de hacer las cosas uno solo. Critica la rebaja de calidad de productos con vistas a un beneficio económico y la comida precocinada, y ridiculiza a los críticos. Esto último da lugar a una de las mejores escenas de la película, cuando Anton Ego prueba el ratatouile.
Con la Disney complemente perdida en lo que animación se refiere y el resto de estudios siguiendo los modelos de Pixar, la compañía ha confirmado lo que hace 12 años, con el estreno de “Toy Story”, se intuía: se ha convertido en la Disney del siglo XXI. Tiene los mejores animadores de la actualidad, sólo hace falta que siga teniendo buenos guiones.
Odio los ratoncitos, me costo ir a verla, al final me decidí y la pelicula me gusto mucho. Muy entretenida.