Relatos salvajes [4]
Relatos salvajes
(Argentina, España, 2014, 122 min)
Dirección y guión:
Damian Szifrón
Intérpretes:
Ricardo Darín
Leonardo Sbaraglia
Darío Grandinetti
Óscar Martínez
Érica Rivas
Rita Cortese
Julieta Zylberberg
Lo que más me sorprende de «Relatos salvajes» es el muchísimo ruido que está haciendo sin ser gran cosa. La película logró colarse en la Selección Oficial de Cannes, se exhibió en Toronto y en San Sebastián, y en este último ganó el Premio del Público a Mejor Película Europea («Relatos salvajes» es más argentina que el mate, pero como es una co-producción con España, pudo ganar ese premio. No tiene ninguna lógica, pero es así). En Argentina arrasó en los cines, y es la película que mandan a los Oscars. En mi opinión, tampoco es para tanto, y desde luego no es el tremendamente excitante e hilarante viaje que te prometen la publicidad y los críticos.
«Relatos salvajes» son seis cortos pegados; nada de «Pulp Fiction» o «Vidas cruzadas»: comienza una historia, se desarrolla, y se acaba; y entonces comienza otra que no tiene nada que ver. Y lo único que puedes encontrar como nexo de unión es que tratan de personajes que se vengan por algo ocurrido en el pasado. Normalmente son personajes resentidos (y con unos problemas psicológicos que van de Buenos Aires a Katmandú), que se ven envueltos en una situación extrema, y que no hacen más que complicarla porque actúan de forma inverosímil.
«Pasternak» abre la película antes de créditos, y es donde aparece Darío Grandinetti. La historia tiene cierta gracia cuando descubres que demasiada gente en un avión concreto conoce a un personaje que no está presente (para mí lo más divertido es cuando su profesora dice que es algo cósmico), pero en cuanto descubres qué está pasando, es incompletamente increíble.
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Ricardo Darín |
«Las ratas» es muy floja. Trata de una camarera que reconoce a un cliente que arruinó a su familia, y la chica tiene la oportunidad de vengarse echándole veneno en la comida. Así contado, parece que la historia va a dar pie a reflexiones morales, pero qué va, no tiene nada por debajo, y la gracia está (para los que se la encuentren), en que su compañera es una asesina. Además, es muy improbable que alguien que vaya a presentarse a un cargo electo decida comer en ese restaurante de mala muerte, y que a esas hora no haya ningún otro cliente.
La de Leonardo Sbaraglia, «El más fuerte«, es de las peores. Trata de un hombre que yendo por una carrera perdida en medio de la nada, comienza un rifirrafe con otro conductor. Aparte de que todo lo que pasa está muy desproporcionado y carece de sentido común, no tiene sentido que Sbaraglia no huya cuando lo puede hacer, y decida seguir echando leña al fuego.
«Bombita» es la de Ricardo Darín, y aunque es increíble, es de las mejores. Trata de un experto de demoliciones que pierde tanto los papeles cuando la grúa le quita el coche, que está a punto de perderlo todo en la vida. El comportamiento de Darín está excesivamente exagerado, y los cambios de su mujer no están nada justificados, pero tiene cierta gracia ver que Tránsito en Argentina es igual que Tráfico en España.
«La propuesta» es la única que realmente me gusta, porque aquí sí que los giros funcionan bien. Trata de un padre rico que hace todo lo posible por encubrir que su hijo mató a alguien con el coche y se dio a la fuga, y para su desgracia descubrirá que está rodeado por un grupo de sanguijelas.
«Hasta que la muerte nos separe» empieza muy bien, pero en seguida deja de tener coherencia. Va de que una novia, el día de su boda, descubre que su marido le ha sido infiel… y se vuelve loca de remate y se venga ese mismo día. El principio es excelente, y el momento en el que ella descubre la verdad es muy emotivo, pero desde que se vuelve una desequilibrada vengativa (el cambio del personaje es demasiado precipitado), cuesta muchísimo creerse lo que pasa: cómo es posible que el novio jamás sospechase que su novia estaba tan mal de los tiros, o que los invitados no se vayan después de ver el despropósito que se ha vuelto esa boda, o que todo acabe como acaba.
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