Río Bravo [8]
Rio Bravo
(EE.UU. 1959, 141 min)
Dirección:
Howard Hawks
Guión:
Jules Furthman
Leight Brackett
Intérpretes:
John Wayne
Dean Martin
Ricky Nelson
Angie Dickinson
Walter Brennan
Ward Bond
En el excelente libro de entrevistas de Joseph McBride a Howard Hawks (“Hawks según Hawks” –“Hawks on Hawks”-), el director reconocía que hizo “Río Bravo” como respuesta a dos westerns. El primero era “Sólo ante el peligro”, el clásico de Fred Zinnemann con Gary Cooper, del que Hawks decía: “No creía que un buen sheriff fuera a ir corriendo por la ciudad como un polluelo asustado pidiendo ayuda, y que al final su esposa cuáquera tuviera que salvarlo. Esa no es la idea que yo tengo de un buen sheriff del oeste. Yo decía que un buen sheriff se daría la vuelta y diría, ‘¿Cuánto valéis? ¿Sois lo bastante buenos para apresar a su mejor hombre?’. Los tipos probablemente dirían que no, y el diría, ‘Bueno, entonces tendré que cuidar de vosotros’».
Y el segundo era “El tren de las 3:10”, de Delmer Daves, del que Hawks opinaba: “El sheriff cogía un prisionero, y el prisionero se burlaba de él y le tenía todo preocupado y sudoroso diciéndole, ‘Espera a que te pillen mis amigos’. Y yo decía, ‘Eso es una tontería, el sheriff debería decir, ‘Más te vale rezar para que tus amigos no te pillen porque serás el primero en morir’’».
Y muy resumidamente, eso es “Río Bravo».
Al tiempo que el sheriff Chance (John Wayne) se encarga de que su mejor amigo, el alcoholizado Dude (Dean Martin), no se humille por beber alcohol y recupere la autoestima, tiene que hacer frente a la banda de Joe Burdette (Claude Akins), un hombre al que tiene encerrado en comisaría por matar a otro, que quiere liberarlo a la fuerza. Chance tiene que esperar unos días hasta que llegue el alguacil y se lleve a Burdette, pero hasta entonces sólo tiene a tres colaboradores que no está muy capacitados: el uno es su amigo Dude, que bebe demasiado, el otro es muy joven (Ricky Nelson), y el otro es demasiado viejo y está tullido (Walter Brennan). Y para complicar las cosas, llega al pueblo la misteriosa Feathers (Angie Dickinson), una mujer por la que Chance comienza a sentir un sentimiento que no se atreve a reconocer.
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John Wayne y Angie Dickinson |
“Río Bravo” es una película excesivamente larga y durante la primera parte le falta tensión, pero las relaciones entre los personajes son geniales y está muy marcado el tema de la camaradería, que era algo muy hawksiano; está llena del maravilloso humor de su director; tiene grandes momentos de tensión y cómicos; y la segunda parte funciona a la perfección.
Durante la primera parte, Hawks no aprieta las tuercas de la trama (que sería el intento de rescate de Burdette por sus hombres), y la película divaga un poco presentado ése conflicto, el pueblo, y unos personajes maravillosos. No es que sea aburrida, porque normalmente te lo pasas muy bien con una película de Hawks, pero es que no se sabe adónde va todo eso. Lo que mejor funciona es la relación de Wayne y Martin, donde destacan dos secuencias magistrales: la que abre la película, que sin apenas diálogos muestra a la perfección cómo son esos personajes; y cuando Martin persigue a uno de los hombres de Burdette hasta el saloon, siendo genial cómo descubre dónde se esconde y qué significa toda la acción.
Pero cuando “Río Bravo” ajusta el conflicto y sube la tensión, es oro puro (aunque hay que reconocer que el parón musical está metido con calzador). Conoces más a los personajes (y te ríes mucho por sus relaciones), todo resulta más interesante porque están en peligro, y acaba con un gran clímax por cómo se comportan los personajes y lo divertido que es todo. La película termina con un epílogo brillante y tierno, en el que Angie Dickinson demuestra ser la mujer hawksiana por antonomasia, y en diálogos sobresalientes le da la vuelta a las cosas para que John Wayne reaccione de una vez y tú acabes con una sonrisa.
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