Señales en el camino [3]
NOVELA
Roadmarks
(EE.UU., 1979, 185 páginas)
Roger Zelazny
Roadmarks
(EE.UU., 1979, 185 páginas)
Roger Zelazny
Roger Zelazny nació en 1938 y comenzó su carrera literaria en 1962. Desde ese año a 1969, trabajó en la administración de la Seguridad Social de Estados Unidos, pero se entregó por completo a la escritura de ciencia ficción en sus ratos libros. De cuentos pasó a novelas cortas, y a partir de 1965 comenzó a escribir novelas. En 1969 ya había logrado hacerse un hueco en el mundo editorial, y desde entonces hasta su muerte en 1995, se dedicó por completo a la escritura de ficción. Zelazny logró ser un escritor de ciencia ficción y fantasía muy importante, siendo su obra más conocida la serie de Las Crónicas de Ámbar (son diez novelas y varias colecciones de cuentos). «Señales en el camino» es una novela de ciencia ficción que Zelazny escribió a principios de los 70, pero que no se publicó hasta 1979, y aunque me parece de vez en cuando muy imaginativa, me resulta muy confusa, frustrante y caprichosa.
Red Dorakeen viaja por la Carretera, intentando evitar que lo maten: un antiguo socio suyo, Chadwick, ha declarado una Década Negra contra Dorakeen, lo que le da permiso para utilizar a diez asesinos para intentar matarlo. La Carretera es un camino que viaja en el tiempo, y Dorakeen tendrá que apañárselas para que Chadwick no se salga con la suya. Al mismo tiempo, Randy, un chico que vive en los años 70, descubre por casualidad un libro que le mostrará dónde se encuentra la Carretera; entonces emprenderá la búsqueda de su padre, que no es otro que Red Dorakeen.
La novela va alternando capítulos titulados Uno y Dos, y supuestamente va alternando dos tramas, aunque yo no me enteré de nada hasta bien entrada la novela. Lo único que me gusta de la obra es lo de la Década Negra, porque ves un objetivo claro y por fin la novela tiene un sentido, y la búsqueda de Randy, porque también sabes qué está pasando. Y algunas cosas imaginativas: los libros que hablan, los viajes en el tiempo, la presentación de los asesinos.
Pero el resto es muy malo. No solo por lo sumamente confusa que es, sino por lo mal justificadas que están las acciones de los personajes (jamás explica por qué Chadwick quería matar a Dorakeen, o por qué al final cambia de opinión; la reacción final del Marqués de Sade se la saca de la manga); los ataques de la Década Negra ésta muy bien preparados, y después se quedan en nada (y lo de los dos asesinos que se encuentran y se ponen a pelear, no tiene sentido); la metamorfosis de Dorakeen está muy mal explicada, así como la aparición de dragones. Y el giro final, que en teoría cierra todo, sigo sin entenderlo.
No dudo que Zelazny tenga grandes obras (ésta es la primera suya que me leo), pero esta novela deja mucho que desear.
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