Serial [7]
Serial
(EE.UU., 2009, 42 páginas)
Jack Kilborn (pseudónimo de J. A. Konrath)
Blake Crouch
Jack Kilborn es el pseudónimo con el que J. A. Konrath escribe terror. Konrath posiblemente sea el autor auto-publicado más popular de Estados Unidos, y en su blog no hace más que defender esa forma de publicación y echar pestes de la editoriales (Konrath parece olvidar que cuando decidió auto-publicarse, ya había conseguido a miles de lectores fieles a través de libros publicados por editoriales). El caso es que Konrath es muy prolífico, y en 2009 colaboró con Blake Crouch, un escritor con una sensibilidad parecida, en «Serial», un cuento de terror.
Lo más difícil de matar a un autoestopista es encontrar a uno para llevar. El psicópata Donalson tiene suerte, porque acaba de encontrar a un chico que está dispuesto a viajar con él. Después de matarlo salvajemente, ve haciendo autoestop a una chica con una guitarra, ¿será el día de suerte de Donaldson? Pero cuando la recoge, no sabe que la chica también es una psicópata.
En una entrevista muy interesante que aparece tras el cuento, Konrath y Crouch recuerdan cómo fue el proyecto. Partieron de la base que hacer autoestop es peligroso, porque o te puede coger un psicópata, o tú puedes coger a uno, y decidieron que cada uno escribiría un capítulo contando eso, y luego desarrollarían un cuento a medias.
Konrath escribió el primer capítulo, donde un psicópata mataba a un autoestopista, y Crouch el segundo, donde una autoestopista mataba al conductor y a su acompañante. Y cuando tuvieron eso, juntaron a los dos asesinos en un mismo coche. Entonces uno de los escritores escribía unas páginas, sin saber cómo iba a acabar la historia, y se las mandaba al otro, quien no podía retocar lo ya escrito. Así hasta llegar al final. A mí me parece una forma de trabajo divertidísima.
El resultado no está nada mal. Lo que menos me gusta es lo gráfico que es Konrath con la violencia, que hace que me dé dentera leer la primera muerte, y me provoque malestar, pero es una cuestión personal (me gusta muchísimo más como trata la violencia Crouch, que sigue siendo salvaje, pero no es tan gráfico, y sí más imaginativo).
Dejando de lado ese escollo, el cuento sí que funciona. En el primer capítulo te preguntas cómo va a matar el psicópata al chico, si éste parece muy listo; y en el segundo, que es más interesante (y no tan brutal), Crouch primero juega con mostrarte que esa chica oculta algo (no sabes hasta más tarde que es una asesina), y luego la forma tan retorcida que tiene que matar.
En cuanto se juntan, sabes que se van a matar mutuamente, pero no sabes cómo, y eso es lo que mantiene la atención del lector. Para mí resulta muy interesante ver cómo ambos van preparando el terrero, sin que el otro lo sepa, y esperas a que alguno tome la delantera… y que el otro reaccione. El cuento acaba con un final muy irónico, imaginativo y satisfactorio.
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