Tiana y el sapo [7]
The Princess and the Frog
(EE.UU., 2009, 97 min)
Dirección:
Ron Clements
John Musker
Guión:
Ron Clements
John Musker
Rob Edwards
Intérpretes (v.o.):
Anika Noni Rose
Bruno Campos
Oprah Winfrey
John Goodman
Terrence Howard
Debido a una serie de fracasos, en 2004 la Disney dejó de hacer películas de animación tradicional para centrarse en las generadas por ordenador. La nueva tecnología le dio más dinero (aunque no mucho más), pero perdió mucho prestigio y su sello personal, que son los films dibujados a mano. El año pasado la productora intentó reverdecer los laureles de los 90 con “Tiana y el sapo”, una vuelta a la animación tradicional y a las historias de entonces, y para ello contó con los directores que resucitaron la compañía en 1989 con “La sirenita”: Ron Clements y John Musker. Este tándem es también el responsable de “Aladdín” (1992), unos de los mayores éxitos de la compañía, de “Hércules” (1997) y, curiosamente, del mayor fracaso de las últimas dos décadas, “El planeta del tesoro” (2002). “Tiana y el sapo” no ha logrado ser una nueva Sirenita, pero ha tenido buenas críticas, ha conseguido 3 nominaciones al Oscar, y en Estados Unidos ya ha superado la barrera de los 100 millones de dólares (ha costado 105), algo que Disney no alcanzaba con una película de animación tradicional desde 2002 con “Lilo & Stitch”; y en el mercado internacional, que acaba de estrenarse, lleva otros 100, por lo que parece que se convertirá en la película más taquillera de la productora del último decenio. El éxito de la película ha hecho que Disney decida producir un largometraje de animación tradicional cada dos años. De lo cual me alegro, porque visualmente este tipo de animación no tiene nada que ver con la otra.
“Tiana y el sapo” se desarrolla en Nueva Orleáns en los años 20. Su protagonista, la primera princesa negra de la Disney, es una chica muy trabajadora que sueña con ahorrar lo suficiente para tener su propio restaurante. Un día llega a la ciudad el príncipe Naveen, al que han dejado de sustentar sus padres, y que tiene que ponerse a trabajar o buscar a una heredera con dinero. Tiana tiene una amiga rica que sueña con casarse con un príncipe, así que decide invitar a Naveen a la fiesta que da para celebrar el martes de Carnaval (parece que a los traductores se les pasó lo de Mardi Gras y lo dejaron tal cual). Esa noche, su amiga baila emocionada con el príncipe, pero poco más tarde Tiana encuentra un sapo que dice ser Naveen, y le pide un beso para que vuelva a convertirse en humano. Al besarlo, comenzarán una series de aventuras que cambiarán a los protagonistas para siempre.
Clements y Musker ha vuelto a un diseño de personajes muy clásico e identificable de la casa, y la animación tradicional le confiere calidez y encanto al conjunto. La película es muy entretenida, tiene un buen reparto de secundarios (sobre todo el caimán enamorado del jazz, la luciérnaga cajún, y el malvado el Dr. Facilier), gags buenos y partes muy imaginativas (especialmente las del malo). Tal vez lo más débil de la película sean los números musicales. Ni las canciones son tan potentes como las de los films de principios de los 90 ni visualmente los números son tan buenos. Por ello, da la sensación de que la película tarda muchísimo en empezar, o que a mitad, cuando andan perdidos por el bosque, la acción avanza poco. Es verdad que al principio tenían que contar muchas cosas antes de comenzar la trama, y que a la mitad tenían que mostrar la evolución de los personajes, pero los minutos se estiran por números musicales que si no son malos, tampoco son brillantes.
A mitad de película, también, se ve demasiado por donde va ir a la acción, qué va a pasar con los personajes y cómo se van han influir mutuamente. Afortunadamente, la parte final es excelente, con un ritmo trepidante y donde hay sorpresas y momentos muy emocionantes y bellos. Y en la secuencia que cierra el film, la canción y los consejos de Mamá Odie adquieren un significado que estaba oculto hasta entonces.
Un buen regreso de Disney a lo que mejor sabe hacer: dibujos animados pintados a mano. Espero que siga por este camino.
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