Ultimátum a la Tierra (2008) [2]

Cartel original de Ultimátum a la Tierra (2008)The Day the Earth Stood Still

(EE.UU., Canadá, 2008, 104 min)
Dirección:
Scott Derrickson
Guión:
David Scarpa
Intérpretes:
Jennifer Connelly
Keanu Reeves
Kathy Bates
John Cleese

Robert Wise fue ese longevo director que acumuló un montón de Oscars y un puñado de clásicos a lo largo de su carrera. De él son dos de los musicales más famosos de la historia del cine (“West Side Story” y “Sonrisas y lágrimas”), una de las películas de terror de mayor prestigio (“The Haunting”) y tres clásicos de la ciencia ficción: “La amenaza de Andrómeda”, “Star Trek” y “Ultimátum a la Tierra”. Esta última, de 1951, fue la película más importante del género hasta que en 1968 el pesado de Kubrick hizo ese monumento al aburrimiento que es “2001: Una odisea del espacio”.
   Ahora, casi 60 años después, Hollywood ha decidido hacer el remake. Y han contado con un director bastante menos prestigioso, Scott Derrickson, el cual sólo ha dirigido “El exorcismo de Emily Rose” (2005) y una de las parte de Hellraiser que fue directa al vídeo (“Hellraiser: Inferno”, 2000). El resultado es mediocre.
   Lo mejor de todo es el comienzo, que es visible. Está bien cómo se llevan a Jennifer Connelly y a otros científicos sin que sepan qué está pasando, y como poco a poco van atando cabos hasta que les explican lo que ocurre. Lo que viene después es un desastre.
   El film es tremendamente básico, tiene unas lagunas de guión tan grandes como el océano Pacífico, visualmente ya está anticuado y hace que la lectura del BOE sea algo apasionante.
Jennifer Connelly y Keanu Reeves en Ultimátum a la Tierra (2008)
Jennifer Connelly y Keanu Reeves

Tiene errores que de tan simples uno se los tiene que tomar a risa. Si no son chistes, da miedo pensar en el coeficiente intelectual de los responsables de esta película. ¿Por qué dejan acercarse a Kathy Bates, que es la mayor representante de EE.UU., a un alienígena que puede ser peligroso? Cuando interrogan a Reeves ¿por qué no hay cámaras grabando o gente supervisando tras un cristal? En la escena en la que el robot se está descomponiendo ¿por qué sólo el hombre antipático pierde la compostura si todos saben que van a morir?

   Hay elementos tan estúpidos de la trama que sorprenden que pasaran una primera criba de guión y que acabasen siendo rodados. Me viene a la memoria el encuentro con John Cleese (que, por cierto, no aporta nada), donde meten un inserto de un periódico en el que se lee que los alienígenas han llegado, y entonces el científico entiende que Reeves es extraterrestre. O aquel en el que le devuelven a Connelly el móvil, y meten a continuación una escena en la que el niño y Reeves llegan a una choza y la llaman por teléfono. Hay que ver de qué forma tan sutil encaja las piezas el guionista. También es digna de mención cómo el niño se da cuenta que Reeves es un extraterrestre y llama a la policía (eso cuando lleva media película con él). Y el cambio de opinión de Reeves es hilarante por básico.
   Pero no solo el guionista es una lumbrera. Derrickson es incapaz de crear tensión. Y mira que es difícil conseguir esto cuando se sabe desde el principio que al ser humano le queda un día de vida. Este hombre intenta hacer una película de ciencia ficción intimista, con mensaje ecológico, y le ha quedado un peñazo insoportable. Parte de la culpa es Keanu Reeves, al que tienen que darle por fin un merecidísimo Razzie al peor actor, y el hijo de Will Smith, que no puede resultar más odioso. A mitad del metraje la trama se detiene y hay minutos y minutos de Connelly encerrada en un coche con estos dos horrores. Y para rematar la faena, los efectos especiales son bastante malos; dignos de un videojuego.
   Este tipo de películas son las que dan mal nombre a Hollywood y las que luego esgrime la gente para criticar al cine norteamericano. De acuerdo, esto es una mierda, pero EE.UU., pese a quien pese, sigue siendo el país que mejor cine hace del mundo.
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