Una noche en el viejo México [3]

Poster original de Una noche en el viejo México

A Night in Old Mexico
(España, EE.UU., 2013, 103 min)
Dirección:
Emilio Aragón
Guión:
Willliam D. Wittliff
Intérpretes:
Robert Duvall
Jeremy Irvine
Angie Cepeda
Luis Tosar
Joaquín Cosio

Hace cuatro años, con «Pájaros de papel», Emilio Aragón añadió a sus facetas de presentador, humorista, actor, productor, y compositor la de director de cine. Ahora ha vuelto a ponerse detrás de las cámaras, pero lo ha hecho en Estados Unidos, donde ha dirigido en inglés a Robert Duvall. Aunque «Una noche en el viejo México» acaba de estrenarse en España, estuvo nominada a dos premios Goya en la última edición: Mejor Banda Sonora y Mejor Canción.

   El día que echan a Red Bovie (Robert Duvall) de su rancho es el día que conoce a su nieto (Jeremy Irvine). Sin tener ningún lugar a dónde ir, y negándose a vivir en la caravana que le han proporcionado, huye en el coche, con su nieto, al viejo México. Pero en el camino se cruzan con dos hombres, que realmente son dos asesinos, y sin darse cuenta, se llevan una mochilla llena de dinero. Mientras Red y su nieto están pasándoselo bien en México, esos dos asesinos les están pisando los talones para recuperar el dinero.
   «Una noche en el viejo México» tiene un guión terrible y una dirección no especialmente inspirada, dando como resultado un film increíble y aburrido. Ya desde el comienzo, la película es inverosímil, y a medida que avanza la trama, más increíble se vuelve.
Robert Duvall y Angie Cepeda en Una noche en el viejo México
Robert Duvall y Angie Cepeda

Para empezar, no tiene mucho sentido que Robert Duvall, que no tiene un centavo, huya a México sin un fin en mente. Ese principio, además, es confuso porque hay tres tramas que seguir (la de Duvall, la de los asesinos, y la de Luis Tosar, que es a quién han robado los asesinos), y Aragón se olvida de dos. La de Duvall está completamente desarrollada (con chistes que no hacen gracia), pero las otras dos están desarrolladas a medias, pasando demasiado tiempo hasta que vuelven a aparecer, y cuando todavía no se han cruzado con Duvall, se te olvida que había más personajes y más historias.

   Una vez en México, la relación entre Duvall y Irvine sigue sin tener ni gracia ni encanto, a pesar de que los actores están bien (esa relación no funciona en ningún momento. Y cuando pasan la frontera, yo no hacía más que acordarme de “Vacaciones en el infierno”, donde la presentación del ambiente mexicano era genial); y la presentación del personaje de Angie Cepeda, que está hacia la mitad, te saca completamente de la película. Es muy difícil caer en la cuenta de que esa mujer es la misma que Irvine vio en un cartel, y parece que te están contando otra historia. Curiosamente, su personaje es de lo más interesante que tiene en el film, y su presentación es uno de los mejores momentos.
   Entonces los personajes comienzan a actuar de forma increíble. No hay quién se crea la relación entre Duvall y Cepeda (si en vez de una noche hubiera sido una semana, pues tal vez te la podrías creer), o lo que hace Irvine por su abuelo, o que el matón no mate a los protagonistas, o lo (muy blandito) que hace Duvall con el matón.
   “Una noche en el viejo México” es una película mediocre, aunque sí tiene algunos elementos buenos: el reparto (a Duvall siempre es un placer verlo en pantalla), el intento de suicidio de Duvall, el momento en el que decide huir, o el personaje de Cepeda. Pero no merece la pena verla.
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