VIDA DE ESCRITOR: APRENDIENDO DE COPPOLA

Portada de Francis Ford Coppola Interviews, de Gene D. Phillips y Rodney HillFrancis Ford Coppola es uno de mis directores favoritos, y repasando su carrera, si quieres ganarte la vida con alguna disciplina artística, se pueden aprender varias lecciones.
   Cuando pensamos en él, nos viene a la cabeza la trilogía de «El padrino» («The Godfather») o «Apocalypse Now», y que es uno de los mejores directores de la historia del cine. Pero olvidamos que Coppola no nació dirigiendo obras maestras: se ganó su prestigio paso a paso.
   En un libro magnífico de entrevistas, «Francis Ford Coppola: Interviews», editado por Gene D. Phillips y Rodney Hill, Coppola recordaba en 1970 cómo fueron sus comienzos en el cine (es importante destacar que tenía 31 años, que todavía no había ganado aún ningún Oscar —tiene 5—, y que aún no había dirigido «El padrino»).
   Veamos las lecciones:
Lección 1: Tienes que formarte en el arte en el que
quieres trabajar.

Ya desde niño hacía montajes de las películas
caseras de su familia. Con 18 años se sintió fascinado por Eisenstein, y leyó
todos sus libros y vio todas sus películas. Antes de ir a una escuela de cine, fue
a una de teatro, donde dirigió muchas obras. Lo hizo porque le parecía que la
mayoría de los estudiantes de cine se obsesionaban con la técnica, y él quería
poder llevar algo más tras cuatro años en el teatro.
   Un apunte
personal: tras haber estudiado en una escuela de cine, puedo asegurar que lo
que dice Coppola sobre la técnica es cierto.
   Cuando
acabó la escuela de teatro, se metió a una de cine.
   Hasta
aquí, ¿qué podemos aprender? Pues que hace falta formarse. Por muchas ganas que
tengas de hacer algo, tienes que aprender cómo se hace. Te aprendes las normas,
ves cómo lo han hecho otros, y cuando tengas mucha práctica, las modificas a tu
gusto personal.

Normalmente
los aspirantes a cineasta que no quiere aprender, y que solo buscan atajos, te
sacan a colación que Quentin Tarantino nunca fue a una escuela de cine y que
echa pestes de ellas. Bueno, Tarantino aprendió viendo muchísimo cine en el vídeo-club
donde trabajaba; y charlando con los clientes y con sus amigos (Roger Avery
entre ellos), veía por qué algunas películas funcionaban y otras no. Y luego se
tiró a la piscina y comenzó a escribir y a dirigir.
No es que
Tarantino aprendiera a hacer cine por ciencia infusa.

Si no te
paras a analizar cómo funciona el arte en el que quieres trabajar, no sirve de
nada estar en contacto con él. Y si no te lanzas un día a la piscina, tampoco.

   Mi opinión
de las escuelas de cine es que no son fundamentales para formarte, porque
puedes aprender por tu cuenta, pero que te pueden ayudar mucho. Más acertado
que lo que dice Tarantino es que si sólo te quedas en la teoría, y esperas que
el mundo real sea igual que el mundo seguro de la escuela de cine, no vas a
lograr nada. Lección 2: Tarde o temprano (mejor temprano),
tienes que lanzarte a la piscina.

 

Poster de Demencia 13Volvamos a Coppola y a esa entrevista de 1970.
Cuando estaba en la escuela de cine, Roger Corman, buscando mano de obra barata,
le contrató como uno de sus asistentes. Y como Corman hacía las películas de
par en par, Coppola fue director de diálogos de «Tower of London» y
sonidista en «Rivales pero amigos» («The Young Racers»).
   Estando en
Irlanda, a la espera de que Corman comenzara a rodar otra película (u otro par),
Coppola decidió hacer su primer largometraje:
   «Estábamos
en Irlanda con el equipo técnico de una película deseando ser utilizado. Yo
estaba ideando la idea para una historia, mientras el resto de la gente
simplemente hablaba de hacer una película. Mi secreto para sacar las cosas
adelante es que siempre me he arriesgado mucho con inversiones personales. Mientras
los otros tipos de mi edad rogaban, ‘Roger, déjame hacer una película», yo
simplemente me senté y escribí un guión
«.
   No he
podido evitar poner en negrita la última frase, porque es importantísima.
   Convenció
a Corman para que pusiera 20.000 dólares, y él pondría otros 20.000. Vendió los
derechos de exhibición de una película que todavía no existía a un productor
británico por esa cantidad. Con un equipo de nueve personas y con actores de
«Rivales pero amigos» dirigió «Demencia 13» («Dementia
13»). Coppola tenía 23 años.
   En la
entrevista no lo cuenta, pero antes de «Demencia 13» ya había
dirigido dos nudies: películas que no eran porno, pero que tenían mucha
carne y poca trama.
Lección 3: Cuando comiences, no seas avaricioso y
trabaja duro.
Pero incluso antes que los nudies, con solo 20
años, re-montó y dirigió el doblaje y las escenas adicionales de una película soviética para
estrenarla en el mercado americano, «Batalla más allá del Sol» («Battle Beyond the Sun»):
   «Mucha
gente es muy vaga, deja que te lo diga. Conozco a muchos directores jóvenes,
porque me interesan. Y todos son muy vagos. Vienen y quieren que les pagues para
que escriban los guiones. Por el primer trabajo que hice para Roger me pagaron
250 dólares por doblar una película espacial rusa y trabajé seis meses por esos
250 dólares. Ya nadie está dispuesto a hacer eso. Yo hubiera hecho cualquier
cosa. Esa es la diferencia». 
Lección 4: Planta semillas con tu trabajo, y
algunas darán fruto en el futuro.
Estando en la escuela de cine, Coppola ganó el
premio de guión Samuel Goldwyn, y gracias a él, le contrató la productora Seven
Arts como guionista en plantilla. Para Coppola fueron unos años muy malos,
porque todo lo que escribía llegaba completamente desvirtuado a la pantalla o
no se producía. En 1966 logró un crédito en «¿Arde París?» («Is Paris Burning?»), aunque
estaba muy descontento con el resultado. Mientras se rodaba esa película en la
capital francesa, escribió por las noches el guión de «Ya eres un gran
chico» («You’re a Big Boy Now»), pero la productora se lo
apropió.
   Coppola
estaba desesperado, pero sin que él lo supiera, se había ganado una reputación
como buen guionista, y la 20th Century Fox le contrató para que escribiera el
guión de «Patton». En 1971, Coppola ganaría el Oscar al Mejor Guión
Adaptado por ese trabajo.
   Con el
dinero de «Patton», pudo sacar adelante «Ya eres un gran
chico». Luego la Warner Bros. le contrató para que dirigiera «El
valle del arco iris» («Finian’s Rainbow»), que era un musical
relativamente caro con Fred Astaire, y al año siguiente dirigió el proyecto
personal «Llueve sobre mi corazón» («The Rain People»).
   Y entonces
Mario Puzo escribió un best-seller sobre la mafia… 
Lección 5: Busca el elemento personal, pero
adáptate, con inteligencia, a la industria.
Portada original de El padrino, de Mario PuzoDejemos la entrevista de 1970 y avancemos un poco y
veamos lo que nos cuentan los extras de «El padrino». La Paramount se
la ofreció a él porque ya se había labrado un nombre en Hollywood. Al principio
Coppola quería rechazar el proyecto, porque le parecía que era vender su talento
en algo que no le gustaba, ya que él quería hacer películas personales. Para
fortuna de los cinéfilos, su padre Carmine le convenció para que lo aceptara,
diciendo que con el dinero que ganase con «El padrino», podría
financiarse películas personales.
   Releyendo
la novela de Puzo, Coppola encontró elementos que le atraían (el padre que
tenía un reino y tres hijos herederos, y poder hacer una película que fuera una
metáfora del capitalismo americano), y creó un proyecto personal.
   Comenzó el
rodaje, y ya en la primera semana los productores estuvieron a punto de despedirlo
porque les parecía que había muy poca acción. Coppola se enteró, y rodó una
pelea familiar que no estaba en el guión, y eso le salvó. Resulta que la pelea
encaja perfectamente en el conjunto y da más fuerza a una trama. Si hubiera
decidido no comprometerse y mantener su visión de autor («No, no, no, eso
no está en el guión»), hoy en día no tendríamos «El padrino» de Francis
Ford Coppola. 
Lección 6: Con la práctica perfeccionas tu arte.
De todas esas primeras películas de Coppola solo he
visto «Demencia 13», y es peor que un dolor. Los nudies y la
peli rusa tienen una pinta inmunda, y dudo que alguna vez las vea. Pero nueve
años y tres películas después, dirigió «El padrino». Y a continuación
encadenó «El padrino II» («The Godfather. Part II»),
«La conversación» («The Conversation») y «Apocalypse
Now». Si hubiera abandonado su sueño de ser director con 30 años, ahora no
nos acordaríamos de él, pero se podía haber retirado con 40 siendo una leyenda
del cine.
   Afortunadamente
no lo hizo, porque todavía le quedaban  grandes películas en la recámara.
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