Nota del 19 de agosto de 2017: Debido a su éxito, acaban de reeditar esta novela y le han añadido un guión de ciencia ficción, «Los niños Bonsái». ¿Se puede vivir de la escritura? Pues claro.
Si a algo va a tener que hacer frente un escritor cuando empieza (y durante unos cuantos años más) es a un montón de cenizos y agoreros que le aseguran que es imposible vivir de la escritura. Para demostraros que es cierto, que se puede hacer carrera escribiendo, hoy os traigo a mi amigo Pedro Pablo Picazo, guionista, dramaturgo, cuentista y novelista.
A principios de 2011 Pedro Pablo publicó su primera novela, «
Su majestad el rey de los niños zombis» (
aquí tenéis un artículo donde la presentaba), y este otoño la editorial
Pulpture ha publicado su segunda, «
Este sueño está patrocinado«. Os dejo con él para que os cuente su experiencia. (Consejo: así se consigue una carrera literaria, no quejándose y quejándose y quedándose de brazos cruzados.)
MI EXPERIENCIA CON ESTE SUEÑO
Desde que me interesé por escribir novelas a lo largo de estos últimos años he leído muchos artículos sobre cómo publicar tu primer libro, pero nunca he leído nada sobre cómo hacerlo con el segundo, y en mi caso ha sido un proceso infinitamente más difícil y complejo. Carlos me invita a os lo cuente y allá voy.
Yo soy guionista, me dedico a escribir para el audiovisual, y como muchos otros guionistas fantaseé durante mis primeros años escribiendo con la posibilidad de dar el salto a la literatura. Fui tanteando el tema pero no fue hasta 2008 que me lo propuse en serio. Y la cosa creo que no me fue mal. Conseguí publicar la segunda novela que escribí en poco más de un año. Se titulaba “Su Majestad el Rey de los Niños Zombis”. La presenté a un concurso, fue finalista, y la editorial que convocaba el premio decidió publicarla junto a la ganadora. Casi sin enterarme tenía mi primera novela publicada. Fue un gran momento.
Tras verla en papel decidí proponerme que tenía que intentar publicar una cada año. Sí, era así de tonto, pero la cosa en aquel momento no pintaba mal. Se me encargó un libro y pensé que ese sería el segundo título en ver la luz. Qué error. Escribí esa novela, me llevó más tiempo del esperado, pero lo logré. La entregué a finales de 2011 y esperé. Esperé. Esperé. Esperé. Vamos, que aún estoy esperando. Meses después me enteré de que la editorial que me la encargó quebró y ahí se quedó el proyecto. Aún no ha visto la luz. Pero mientras tanto yo seguí escribiendo, sin parar, porque no iba a estar de brazos cruzados aguardando una respuesta. Continué apostando por el mismo estilo de historia que había conseguido colocar: novelas infantiles-juveniles con mucha fantasía. “Su Majestad” no se vendía mal y pensé que en algún momento podrían pedirme algo parecido. Escribí dos novelas más en esa línea. Una de ellas, quizás sea mi favorita de todas. En la línea de la anterior pero un poquito más personal. Sabía que no era una historia para que grandes editoriales convencionales apostasen por ella, así que tras probar con una sin éxito que me respondió lo que esperaba, la mandé a otra más pequeña en 2012. Eran majos, simpáticos. Me dieron buen feeling y parecía que les interesaba. No estaba equivocado. Me contestaron que la publicaban, lo único malo es su respuesta se produjo… dos años después. ¡En agosto de 2014! Y aún no ha salido. Es lo que tienen las editoriales pequeñas. Cuentan con pocos recursos y van al ritmo que pueden, pero aún así esta novela saldrá, será en 2016 y, con suerte podré decir que será mi tercera novela editada.

El caso es que mientras esperaba, ¿qué podía hacer? Trabajar. Seguí escribiendo. Tras acabar tres novelas juveniles con ciertas semejanzas entre ellas decidí probar con algo distinto: también juvenil pero un poco más adulto. Una historia muy ambiciosa pero que decidí que ya estaba preparado para abordarla. Al principio intuía que sería un proceso difícil pero no imaginaba cuánto. Se trataba de una historia coral, con muchas acciones, muchas aventuras… ¿El resultado? Más de 150.000 palabras, cuando las anteriores rondaban las 55.000. Empecé en 2013 y la acabé poco más de un año después. No hice sólo eso, en medio escribí un largo, del que Carlos sabe bastante, se trata de “Hazlo por mí”, y retoqué una de las novelas juveniles que ya tenía para ajustarla a un concurso, entre otras muchas cosas. Cuando la terminé estaba agotado, pero me sentía con la máquina engrasada, no podía parar. Sin embargo, me detuve a pensar. En ese momento tenía una novela juvenil comprometida y otras tres moviéndose del mismo género. Sólo podía moverlas por las mismas editoriales. Pensé que era buen momento para cambiar de tono por completo y probar con otras puertas, así que decidí apostar por una historia adulta y de ciencia ficción. Me acordé de una vieja idea que me rondaba la cabeza. Elegí un concurso para tener una fecha límite y me lancé a por ella. De ahí surgió “Este sueño está patrocinado” la novela que se acaba de publicar. El certamen no lo gané, de hecho creo que a la mensajería se le perdió, pero esa es otra historia. El caso es que tenía otra novela más, la moví por editoriales y… ¡bingo! Apareció Pulpture con Jorge Plana y Cris Miguel a la cabeza, que enseguida apostaron por ella.
La historia no se publicó tal cual. Hubo un arduo y exhaustivo proceso de corrección del que no puedo estar más agradecido. La novela que se ha publicado es infinitamente mejor que aquella que les mandé. Confié en mis editores y ellos supieron sugerir y limar para sacarle todo el potencial y jugo que la historia contenía. Gracias de nuevo a Jorge y Cris por su talento y paciencia. Ojalá pueda trabajar con ellos mucho más.
En resumen en 2011 puse todo mi empeño en publicar al año siguiente, y no lo he conseguido hasta 2015. Han sido años difíciles, la crisis ha afectado duramente al sector editorial, es verdad, pero creo que es un buen dato a tener en cuenta de cómo funciona el mundo editorial. Pero nunca dejé de escribir y de probar. No hay que desanimarse. NUNCA.
Una serie de conclusiones con las que me gustaría finalizar:
— Por mi experiencia, si estás empezando y no eres un escritor consagrado, con muchas ventas a tus espaldas, tener novelas publicadas no significa que te abran las puertas en ningún sitio. Vale el proyecto que estás moviendo. Si el proyecto gusta y, además, tienes bagaje, mejor que mejor, pero lo que vende es la historia que presentes, no tu currículum. Hay que tener buenas e interesantes propuestas.
— No hay atajos. Sólo se puede trabajar y trabajar.
— Aprende de los correos de rechazo de las editoriales. Lo habitual es que digan que no, cualquier otra cosa es un resquicio a explorar. Aprender de las razones que dan para el rechazo.
— No vale con tener una novela moviéndose. Cuantas más, mejor. Y si no se publican no pasa nada. Han servido para aprender. Además nunca se sabe cuándo te pedirán algo en esa línea. Tener una novela escrita siempre es una posibilidad abierta.
— Te puede gustar mucho un género, pero prueba con otro. Cambia, juega, experimenta. Nunca se sabe. Esto depende tanto del azar que hay que tentarlo continuamente.
— Escribe siempre lo que te apetezca. Vas a pasar mucho tiempo con esa historia. Y a sufrir. El sufrimiento es lo único que está garantizado en todo esto. Que sea algo que te haga disfrutar.
— Disfruta siempre. Si disfrutas escribiendo, el lector disfrutará leyendo.
— Y cuando vayas a publicar confía en tu editor. Si te dice algo, SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE tendrá razón. Los lectores siempre la tienen. Y él será el primero de todos ellos.
Os dejo ya que tengo unas cuantas novelas más que escribir y otros tantos correos de rechazo que leer. Ánimo, ¡y a escribir!
Pedro Pablo Picazo, octubre de 2015.
Una claridad de ideas muy útil. Los planteamientos, ciertamente similares, de Pedro Pablo y Carlos pienso que indudablemente van a vivir desarrollando una actividad que aman. Que sigan así!!!
¡Muchas gracias Tramon!