Zootrópolis [8]
Zootopia
(EE.UU., 2016, 108 min)
Dirección:
Byron Howard
Rich Moore
Jared Bush (co-director)
Guión:
Jared Bush
Phil Johnston
Intérpretes (v.o.):
Ginnifer Goodwin
Jason Bateman
Idris Elba
J.K. Simmons
Tommy Chong
Octavia Spencer
Jenny Slate
Shakira
Desde el éxito de «Enredados» en 2010, la Disney vive una nueva edad de oro, ahora con películas de animación por ordenador. Byron Howard, el director de ese film, y Rich Moore, el de «¡Rompe Ralph!» (2012), han juntado sus talentos para dirigir «Zootrópolis», una película que está arrasando entre la crítica y el público. Tanto es así, que la Disney ha logrado su mejor taquilla con una película de animación, durante el primer fin de semana, de la historia, superando a la revienta-taquillas «Frozen» (2013), en Estados Unidos, China, Rusia, Alemania e India; mientras que en España ya la han visto más de millón y medio de espectadores. Yo solo puedo decir que hacían muchos años que no me gustaba tanto una película de la Disney.
A pesar de que jamás un conejo ha sido policía, es el sueño de la conejita Juddy, quien lo consigue con mucho esfuerzo. Tras graduarse, Juddy se traslada a vivir a la ciudad de Zootrópolis, donde espera que la vida sea perfecta, aunque allí descubre que sus compañeros no la toman en serio por ser pequeña, y que en la ciudad hay estafadores y gente antipática. Cuando su jefe le da un ultimátum para que resuelva una desaparición, Juddy tiene que aliarse con el zorro Nick Wilde, quien la engañó, para que resolverlo.
«Zootrópolis» es entretenidísima, tiene un ritmo excelente, y visualmente es deslumbrante, con un diseño de producción y de personajes muy bonitos, y con gran un sentido de la maravilla: ese espectacular y original mundo habitado por animales que viven en armonía, sin comerse los unos a los otros, está perfectamente presentando (primero en la obra de teatro, y luego, de forma mucho más grandiosa, cuando la protagonista llega a Zootrópolis) y le sacan mucho partido a lo largo de la película.

Y es un ejemplo muy bueno de cómo ir encadenando conflictos cuando estás tramando. La película comienza presentándote ese mundo de los animales, y a la protagonista de niña, cuando reconoce que quiere ser policía a pesar de que nunca jamás ha habido un conejo policía, y los esfuerzos que hacen sus padres para desanimarla (es el tema de luchar por tus sueños). En este principio también presentan el tema de los prejuicios: la protagonista tiene un encontronazo con un zorro, lo que dará pie más adelante a que de adulta su prejuicio contra los zorros le haga perder a un amigo, y por algo que pasa mucho más tarde, los habitantes de Zootrópolis comiencen a ver con miedo a los antiguos depredadores, aunque la inmensa mayoría siga sin matar.
En una sección muy breve te cuentan cómo la conejita logró graduarse en la Academia de Policía y se fue a vivir a Zootrópolis. Allí se da de bruces con la realidad: nada es como ella esperaba, y va a tener que luchar duro para encontrar su sitio.
Juddy es engañada por el zorro Nick Wilde. Lo defendía frente a los prejuicios de los elefantes, para luego comprobar, para su consternación, que los elefantes tenían razón. Más adelante te explican que el zorro acabó siendo así precisamente por los prejuicios de sus compañeros Boy Scouts cuanto era niño. Gran justificación que redondea el tema de los prejuicios. Entonces a la conejita no le queda más remedio que forzarle a que le ayude a resolver la desaparición de una nutria. Aquí la película entra en la trama que guiará el resto de la historia: la misteriosa desaparición de 14 ciudadanos de Zootrópolis. Pistas, giros, escenas de acción y risas y sonrisas hasta poder resolver el caso, con homenaje a «El padrino» incluido.
Si «Zootrópolis» es tan buena, y desde luego es una gran película, ¿por qué no es una obra maestra? Porque la trama de la investigación, a pesar de lo entretenida que es, tiene demasiadas casualidades para resolver problemas a última hora, y lo que es peor, no tiene ningún sentido.
Si vas a verla, deja de leer aquí, que tal vez dé demasiadas pistas.
Una casualidad es la aparición de la teniente alcalde en la comisaría, de chiripa, para que Juddy investigue el caso de la nutria desaparecida (algo, por otra parte, sin ningún sentido cuando descubres qué estaba pasando); otra, la aparición de la hija del mafioso justo cuando van a arrojar a Juddy y Nick al hielo (que sea la hija está bien, lo que es demasiado es que sea in extremis); y otra que Juddy descubra por casualidad qué eran realmente los aulladores nocturnos.
Pero para mí su mayor defecto es que toda la trama de las desapariciones carece de sentido una vez que se resuelve. Supongo que tenga que ver con cómo se hacen las películas en Hollywood, con un comité opinando sobre los guiones y la infinidad de reescrituras por los que pasan, pero ¿nadie se dio cuenta de que todo habría sido mucho más fácil si el malo hubiera disparado al alcalde desde el principio? O justificas de algún modo que no pudiera hacer eso, o cambias de malo.
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